Una mirada afirmativa de
la sexualidad,
vista a la luz
del amor.
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De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud y la organización Centers for Disease Control, entre 2015 y 2019 Estados Unidos superó sus propios récords de incidencia de infecciones de transmisión sexual. Esto sucedió a pesar de distribuir por casi 30 años anticonceptivos de barrera (preservativos) a estudiantes desde los 12 años de edad.
Al otro lado del mundo, en Uganda, las tasas de infección por VIH disminuyen. Los motivos detrás del éxito se han estudiado arduamente con la esperanza de replicar las estrategias positivas. Algunos investigadores señalan que este logro se debe a la promoción de los “comportamientos abc” (abstinence, be faithful, use a condom) en sexualidad promocionados por el gobierno de EEUU. En particular la abstinencia y la fidelidad figuran como factores protectores frente a la propagación de esta enfermedad.
Repartir anticonceptivos no es educación sexual
En algunos países en vías de desarrollo, a pesar de que el acceso a todo tipo de anticonceptivos es gratuito y permanente, las tasas de embarazo adolescente y de embarazos no planificados siguen en aumento. En Perú, por ejemplo, en el 2020, el Ministerio de Salud reportó que 12 de cada 100 adolescentes están embarazadas o ya son madres.
Lejos de proporcionar una solución, el distribuir métodos anticonceptivos, la promoción del aborto y la supuesta libertad sexual han contribuido a la hipersexualización de los adolescentes. También, con ello, se incrementaron las enfermedades de transmisión sexual. Además, se desarrollaron diversos trastornos psiquiátricos vinculados a la afectividad.
Solo el amor puede dar una respuesta integral
La Educación Integral de la Sexualidad (y no la ESI: Educación Sexual Integral) se presenta como una respuesta a la exacerbación de la genitalidad. Se interesa por la totalidad de la persona, buscando su florecimiento a través de una axiología de valores.
Así, La Educación Integral de la Sexualidad deja de lado los tabúes respecto a la sexualidad. No pierde de vista un aspecto fundamental: la formación del carácter. Coloca a la persona como centro y criatura. Este proceso educativo apela al reconocimiento del anhelo particular de amar y ser amados. La Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II desarrolla una herramienta clave para su comprensión.
Las ideas se proponen, no se imponen
Tenemos el reto de dar a conocer otra perspectiva: la gestión del impulso sexual, el respeto por la dignidad del otro, la complementariedad de los sexos, y la valoración del placer desde el amor son aspectos que cualquier manual de sexualidad.
Para empezar a hablar de sexualidad con un joven es importante evitar los sermones y optar por un diálogo reflexivo basado en el respeto mutuo. Se fomenta, así, el juicio crítico. Esto permitirá que los adolescentes comprendan el verdadero significado de sus experiencias psicoafectivas. Además, facilitará que entiendan el orden necesario en la sexualidad.
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Una verdadera comprensión integral de la sexualidad permite al ser humano construir relaciones interpersonales saludables y trascendentes. Parafraseando las palabras del cardenal Ratzinger: nos permite expresar en el cuerpo nuestra vocación al amor, porque la persona es fundamentalmente un ser en relación. Tal vez haya muchas maneras de vivir la sexualidad, pero solo una de ellas nos permitirá alcanzar la felicidad, desplegar nuestro ser y vivir auténticamente nuestra naturaleza.
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El noviazgo es una etapa emocionante en la vida de una pareja y, también, de discernimiento personal. Es un momento para conoceros mutuamente, y conocerse a uno mismo. Además, para crecer como pareja y como personas. A su vez, es un momento perfecto para profundizar y sentar las bases de lo que será, si Dios quiere, un compromiso futuro mucho mayor. Para ello, es conveniente mantener conversaciones profundas, íntimas y personales. Estas charlas nos ayudarán a estar en sintonía para crear una relación sólida y duradera.
Aquí te ofrezco algunos temas que pueden servir de base para una larga conversación, un paseo o una velada profunda. Son temas de los que convendría hablar durante el noviazgo para conocernos más y mejor.
1- Metas y sueños
Hablar sobre vuestros sueños y aspiraciones puede ser inspirador y revelador. ¿Qué te gustaría lograr en los próximos años? ¿Tienes algún objetivo que te gustaría perseguir? Compartir estos aspectos de tu vida con tu novio o novia no solo fortalece la conexión emocional. Permite que los novios se apoyen mutuamente en el logro de sus metas individuales y compartidas.
2- Valores y creencias
Los valores y creencias son el núcleo de quiénes somos como personas. Es importante tratar temas como la religión, la política, la moralidad y otros valores fundamentales. Comprender las perspectivas y creencias de tu pareja te ayudará a conocerla mejor. Así, construirán una relación basada en el respeto y la comprensión mutua. También, te ayudará a ver si están alineados en un tema que, de no estarlo, podría llegar a causar fricciones en el futuro.
3- Prioridades
Durante una relación pueden surgir discusiones y faltas de entendimiento que tienen como base prioridades diferentes. Es algo que tiene que ver con tus sueños y aspiraciones. Además, con tus valores y creencias. ¿Qué es para ti lo más importante? ¿Qué es lo que mueve ahora tu vida y crees que va a hacer que se mueva en el futuro, tu trabajo, tus padres, tus hijos? ¿Qué hay de tu pareja y tu relación? ¿Qué pasa con tus aficiones y amigos? ¿Qué tanto te importa el dinero? ¿Qué tan importante es tu carrera profesional? Piénsalo de a dos.
4- Familia y niños
Hablar sobre la familia, la crianza y la educación de los hijos puede ser un tema sensible. No obstante, es esencial. ¿Cómo te imaginas tu vida familiar en el futuro? ¿Cuántos hijos te gustaría tener? ¿Qué tipo de padres les gustaría ser? Es importante discutir cómo planean manejar las relaciones familiares y cómo desean criar a los hijos. También es necesario reflexionar sobre los valores que les gustaría inculcar en ellos.
5- Familia de origen
La familia de origen, los padres, abuelos, primos, marca un camino. También, encauza una forma de entender las relaciones familiares. Crean unos vínculos emocionales que, luego, pueden cambiar cuando conformen una familia propia e independiente. Son vínculos que generan inercias. Se pueden mantener o no.
¿Qué papel crees tendrán tus padres en tu futura familia? ¿Cuánto influirán en la toma de decisiones comunes? ¿Cuál crees que será tu actitud si la opinión de la pareja no está alineada con la de ellos? ¿Qué relación espera cada uno tener como familia con la familia de origen? ¿Cómo será el vínculo con la familia política?
6- Dinero
Las finanzas pueden ser un tema delicado. No obstante, es crucial abordarlo. Es muy positivo que habléis de cómo pensáis manejar el dinero juntos. ¿Ahorrarán? ¿Lo disfrutarán? ¿Gastarán lo que hay? ¿Buscarán el disfrute a largo plazo? Esto incluye discutir el presupuesto, establecer metas financieras y decidir cómo compartiréis los gastos. Ser transparentes y hablar abiertamente sobre vuestras expectativas financieras ayudará a evitar conflictos en el futuro.
7- Comunicación y resolución de conflictos
La comunicación efectiva es la piedra angular de una relación saludable. Es muy beneficioso tener esto en cuenta y hablar sobre cómo prefieren comunicar y resolver conflictos. ¿Tiendes a defenderte y enfrentarte? ¿O tiendes a buscar la soledad y no compartir los sufrimientos? ¿Te cuesta expresar tus sentimientos? ¿Te dejas llevar por un primer impulso? ¿Te cuesta perdonar? ¿Y pedir perdón?
Conocerse y profundizar en la forma que tienes de comunicarte puede ayudar a evitar malentendidos y resentimientos. Es importante conseguir un ambiente de apertura y honestidad. Es imprescindible que se sientan seguros de expresar sus pensamientos y sentimientos.
8- Intereses y hobbies
Compartir intereses y pasatiempos es una excelente manera de fortalecer el vínculo emocional entre vosotros. Haced una lista de actividades con las cosas que cada uno gusta hacer. Compartan en cuáles coinciden. ¿Les gustaría compartir alguna? Esto no solo permitirá crear recuerdos significativos. También ayudará a mantener viva la chispa en la relación.
9- Sexualidad
La sexualidad puede parecer un tema incómodo, pero es una importante base para la relación. ¿Qué piensas de la sexualidad? ¿Cómo crees que es de importante para ti? ¿Y para el otro? ¿Y para una relación? ¿Cómo son de importantes para ti las demostraciones de afecto? ¿Cómo experimentas el contacto físico? ¿Qué te atrae del otro? ¿Cómo es tu pasado en este sentido? ¿Cómo te ves en el futuro? ¿Por qué te gustaría hacerlo?
10- Distribución de roles
El reparto de las tareas de la casa y la distribución de los roles se convierte, para muchas parejas, en un tema de discusión. Por eso, conviene revisarlo antes, para conocerse mejor. Tener una conversación sobre cómo te gustaría organizar las tareas de la casa, por ejemplo, lavar, planchar o fregar, llevar las cuentas, el coche al taller o ayudar a los niños en sus tareas, será beneficioso para entender qué visión tiene cada uno sobre esta distribución. Además, te ayudará a ver si cada uno está dispuesto a cambiar su punto de vista para redistribuir esta división cuando cambien las circunstancias familiares.
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En resumen, hablar sobre estos temas durante el noviazgo puede ayudar a sentar las bases para una relación sólida y duradera. La comunicación abierta y honesta es clave para construir una conexión profunda y significativa. No temas profundizar en estas conversaciones. Te ayudarán a conocer mejor a tu pareja. Así, construirán una relación basada en el entendimiento y el apoyo mutuos.
Me gusta situarme en contexto para entender el porqué de muchos pensamientos que existen hoy en día en torno a la sexualidad. Esta vez quiero entender por qué el orgasmo se ve como el centro de la relación sexual. Tal es así que se llega medir o valorar la relación por el placer obtenido
¿Realmente es así? ¿Entonces, si no hay orgasmo, esa relación sexual no es válida o no es lo suficientemente buena? ¿Si se tuviera un poquito de placer significaría que algo buena sí fue? ¿Si el placer físico fuera espectacular, esa relación es lo mejor que se ha hecho en el día?
La satisfacción en el matrimonio
He visto a muchas personas tener relaciones sexuales con extraños y, a pesar del intenso placer fugaz que se haya podido conseguir, se han sentido más solas que nunca. Hasta donde sé, sobre todo por mi corta experiencia matrimonial de casi 13 años, la relación sexual más placentera físicamente podría resultar insatisfactoria. Por otro lado, podría llegarse a una felicidad verdadera sin recibir el placer físico esperado.
¿Qué es entonces lo que da esa satisfacción en el matrimonio? Diría que es la intimidad fruto de una vida compartida. Das todo lo que tienes a alguien a quien le has prometido tu vida hasta que la muerte te separe. Esa entrega se demuestra naturalmente con el acto conyugal. El placer sexual se ensalza, se recibe con gratitud y alegría cuando, al mismo tiempo, se está recibiendo un placer afectivo y espiritual que trasciende. Ese placer hace crecer el amor. El matrimonio vive su entrega en cada momento. A la cama se llega con el amor hecho.
Los distintos momentos de la relación sexual
Todo esto no quiere decir que no se haya de cuidar el aspecto más físico de la relación. La relación sexual tiene distintos momentos: el deseo sexual, la excitación, el orgasmo y el abrazo posterior. Todos han de ser cuidados. En condiciones normales, un hombre tiene una curva de excitación corta y rápida, logrando el orgasmo con la eyaculación.
La curva de excitación de la mujer es lenta. En compensación, el cuerpo femenino tiene más zonas erógenas. Estas diferencias en el ritmo de excitación deben ser conocidas y atendidas con amor por los esposos. El hombre no debería ser el único en alcanzar el orgasmo. Su papel está en entender la dificultad natural que tiene la mujer en adaptarse a la pronta excitación masculina.
Por ello es tan necesario tener en cuenta la dimensión afectiva y el dominio de las pasiones. El hombre, al saber esperar los tiempos de su esposa, permite que ella viva primeramente un sexo afectivo. El sexo afectivo da paso a un placer con sentido. Es la ternura desinteresada la que eleva el impulso sexual a un sentido mayor. Esa ternura es la que desborda altruismo y desinterés propio, es decir, permite que cada cónyuge se sienta amado y querido por quien es, no utilizado.
El otro es más importante que yo
El enfoque crucial en una relación conyugal es el siguiente: que cada esposo tenga la convicción de que el otro es más importante que yo. Gracias a esta afectividad que acompaña, la relación sexual no se reduce en satisfacer la sensualidad. Se orienta hacia la persona. Es decir, no se trata tanto de gozar, sino de sentirse cerca.
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Sentirse mutuamente unidos es experimentar la intimidad. Cuando una relación conyugal se vive en estos términos, si la mujer no logra alcanzar el orgasmo, lo que es probable, por ejemplo, cuando existe más cansancio, un embarazo o un posparto, se sentirá igualmente amada. La relación sexual se vive en todos sus momentos. Mi cónyuge es más importante que yo. La satisfacción es más amplia que el simple orgasmo.
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