La infidelidad en el noviazgo es un tema cada vez más común en la sociedad actual. Muchos jóvenes, incluso desde edades tempranas, han experimentado la infidelidad en primera persona, ya sea como víctimas o como protagonistas. Lo preocupante no es solo la frecuencia con la que ocurre, sino la naturalidad con la que se asume, sin considerar las heridas emocionales que deja y los efectos a largo plazo en la capacidad de establecer relaciones sanas y duraderas.
En este artículo, veremos algunas causas y cómo prevenirla mediantefactores protectores. El enfoque está en sobre qué hacer si se ha experimentado una traición en la relación. Si buscas información sobre la infidelidad en el matrimonio, puedes consultar mi otro artículo, «El matrimonio no se termina con la infidelidad».
¿De dónde surge la infidelidad?
Existen diversas señales de alerta que pueden propiciar una infidelidad en el noviazgo. Entre ellas:
- salir de fiesta con frecuencia sin la pareja;
- ocultar amistades o relaciones cercanas;
- falta de transparencia y temor a la sinceridad;
- generar celos a propósito para llamar la atención;
- falta de ilusión en la relación;
- falta de autoestima.
Estas situaciones, comunes en la juventud, pueden generar confusión en la afectividad y disminuir el compromiso en la relación. Para fomentar la fidelidad, no basta con una simple promesa, sino que es esencial adoptar medidas preventivas o factores protectores.
¿Qué son los factores protectores?
Los factores protectores son acciones y hábitos que ayudan a evitar situaciones de tentación. Un ejemplo clásico es el de una persona a dieta que evita hacer compras con hambre, reduciendo así la tentación de comprar alimentos no saludables (tomar un buen desayuno antes de ir a comprar sería el factor protector).
En el noviazgo, estos factores incluyen:
- establecer límites claros con amistades del sexo opuesto que busquen mayor cercanía emocional o física;
- evitar conversaciones demasiado íntimas con personas del sexo opuesto;
- moderar el consumo de alcohol en situaciones sociales;
- mejorar la «higiene visual» en redes sociales, evitando contenido que alimente deseos inapropiados;
- no consumir pornografía, ya que distorsiona la percepción de la fidelidad y la intimidad.
Implementar estos hábitos puede fortalecer la relación y disminuir las probabilidades de infidelidad.
¿Tu pareja te fue infiel? ¿Qué hacer ahora?
Antes de actuar, es crucial hacer una pausa. Se dice que si una infidelidad destruye inmediatamente una relación, es posible que el vínculo no haya sido tan sólido desde el principio. Reflexiona sobre:
- ¿Qué tipo de relación tenían?
- ¿Qué han construido juntos?
- ¿Existen proyectos sólidos a futuro?
Si la relación estaba basada en la costumbre y no en un compromiso real, quizás sea momento de replantearla.
Buscar consejo con prudencia
En la era de las redes sociales, es común ver a personas exponiendo su vida privada y buscando validación en la humillación pública del otro. Sin embargo, esto solo demuestra inmadurez y puede agravar el problema.
En lugar de actuar impulsivamente, busca apoyo en:
- un amigo cercano que pueda brindarte consejo realista y apoyo emocional;
- un sacerdote o terapeuta que pueda orientarte con objetividad;
- personas mayores o con experiencia que no estén directamente involucradas en tu día a día y busquen tu bien.
Practicar la prudencia y la discreción te ayudará a tomar mejores decisiones y evitar caer en un rol de víctima que solo alarga el sufrimiento.
Si decides terminar: tres consejos clave
- Contacto cero: si decides romper la relación, es fundamental evitar el contacto con tu ex pareja para permitirte sanar y cerrar el ciclo de manera efectiva.
- Apóyate en tus seres queridos: no te aísles, rodéate de familiares y amigos que te brinden cariño y compañía.
- Busca orientación profesional: si sientes culpa o dudas sobre tu valor personal, un terapeuta con enfoque en el perdón y la recuperación emocional puede ser de gran ayuda.
Si decides continuar: tres pasos fundamentales
- Nuevos acuerdos y límites: si eligen seguir juntos, es esencial establecer nuevas reglas para evitar repetir errores y reconstruir la confianza.
- Dar tiempo al proceso: no apresuren la reconciliación, la sanación requiere paciencia. Realicen actividades significativas juntos para fortalecer el vínculo.
- Redescubrirse mutuamente: aprovechen esta oportunidad para profundizar en su relación, compartir sueños, miedos e ilusiones. Admirarse nuevamente será clave para seguir adelante con una relación renovada.
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Conclusión
La infidelidad en el noviazgo es una experiencia dolorosa. Curiosamente, también, puedes transformarla en una oportunidad de aprendizaje y crecimiento. La prevención a través de factores protectores es clave para fortalecer las relaciones. Así, si la infidelidad ocurre, afrontar la situación con madurez, reflexión y apoyo adecuado permitirá tomar la mejor decisión para el futuro.
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