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El amor, ¿sentimiento, emoción o decisión?

El amor no es solo un sentimiento. Vivimos en un mundo donde el amor muchas veces se confunde con la emoción del momento, con la pasión intensa o con la euforia de los primeros meses de una relación. Nos han hecho creer que, si no sentimos mariposas en el estómago, algo anda mal. ¿Qué pasa cuando esos sentimientos cambian? ¿Significa que el amor se ha acabado? ¡No! Porque el verdadero amor va mucho más allá de lo que sentimos.

Amar es decidir cada día

San Juan Pablo II nos decía que»amar no es solo un sentimiento; es un acto de la voluntad que consiste en preferir de manera constante el bien del otro al propio bien». Esto significa que el amor verdadero no depende solo de lo que sentimos en un momento dado, sino de una elección diaria de entrega y fidelidad.

En la vida real, hay días en los que nos sentimos profundamente enamorados y otros, en los que no tanto. Hay momentos de alegría y otros, de dificultad. El amor maduro no desaparece cuando las emociones cambian, porque no se basa solo en lo que sentimos, sino en la decisión firme de amar.

Un amor que madura y crece

El Papa Francisco nos recuerda que «el amor necesita tiempo y espacio, porque no es un simple sentimiento». En su exhortación Amoris Laetitia, explica que el amor no es una emoción pasajera, sino una construcción que requiere paciencia, diálogo y compromiso.

El amor que dura es aquel que crece en el día a día. Es decir, crece en la conversación honesta, en el perdón después de una discusión, en los pequeños gestos de ternura, en el esfuerzo por entender al otro y en la voluntad de seguir adelante. Todo ello, incluso, cuando las emociones no son tan intensas como al principio.

El amor en el matrimonio y en las relaciones duraderas

Cuando una pareja se casa, no promete sentir mariposas para siempre, sino amarse «en la alegría y en el dolor, en la salud y en la enfermedad». Esta promesa es hermosa precisamente porque reconoce que habrá momentos difíciles. Sin embargo, el amor se sostiene con la decisión y la gracia de Dios.

Por eso, el amor no es solo sentir bonito, sino elegir todos los días trabajar en la relación. Significa construir juntos, apoyarse en las dificultades y nunca dejar de buscar el bien del otro. Es un camino de entrega y de crecimiento, que nos lleva a amar como Cristo nos amó: con un amor fiel, sacrificado y lleno de esperanza.

***

Debemos amar, entonces, más allá de los sentimientos. Es maravilloso sentir la emoción del amor. También, es aún más hermoso vivir un amor que se mantiene en el tiempo, que se fortalece en la adversidad y que no depende solo de los sentimientos.

Si hoy estás en una relación, recuerda que el amor se elige cada día. Si estás soltero, prepárate para amar de verdad, entendiendo que el amor no es solo lo que sientes, sino lo que decides construir. Entonces, tú, ¿cómo eliges amar hoy?

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