La cuarentena llegó para quedarse… al menos un tiempo más. ¡A no desesperar! Luego de atravesar tanto tiempo de confinamiento es muy posible que hayamos experimentado —o experimentemos— roces en la convivencia con quienes compartimos el techo. Pero el confinamiento puede hacer también que queramos estar físicamente cerca de esa persona con quien tenemos una relación, y que ahora sólo vemos a través de la pantalla.
Sin duda, la cuarentena viene afectando todas nuestras relaciones —familiares, amigos, etc.—; y de manera especial, la relación con nuestra pareja. En buena medida, depende de nosotros si al final de este desafío que enfrentamos hacemos un balance positivo o negativo.
Cuando escribimos estas palabras, lo hacemos desde el departamento que compartimos como esposos. Pero no siempre fue así: durante dos años y medio, fuimos novios a la distancia, y una distancia nada despreciable: ¡más de 1000 kilómetros! Siendo novios, pasábamos hasta dos meses sin vernos cara a cara debido a problemas de agenda o falta de recursos. Por eso, sabemos lo difícil que puede ser este distanciamiento y queremos compartirte algunas enseñanzas que vienen a pelo para la ocasión. De alguna manera, todas las relaciones se han vuelto hoy “relaciones a distancia”. Aquí van algunas ideas:
1. Pongan la tecnología de su lado
No hace falta que les expliquemos que las redes sociales hoy pueden ser un gran aliado —o no—. La cuestión es cómo, cuándo y cuánto usarlas. Entre el trabajo y las amistades podemos llegar a estar hastiados de las pantallas. ¿Cómo hacemos para no descuidar nuestras relaciones? Aquí alguna idea que puede ser útil.
No solo procuren llamarse de vez en cuando para hablar, sino también, ¡hagan planes! Puedes planificar una cena virtual con tu pareja, definir un mismo menú que ambos estén en condiciones de cocinar, compartir la preparación y su degustación. Pueden recurrir a juegos en línea, compartir y comentar películas, rezar —si ambos son personas de fe—, o incluso leer juntos algún libro. No importa tanto el qué, sino la innovación o frescura que puedan tener para romper con la “nueva rutina” a la que el aislamiento nos expone.
2. ¿A quién no le gustan las sorpresas?
Seguramente, alguna vez fascinaste a tu pareja con una cita romántica, una salida inesperada, o un paseo que rompió el molde de lo que estaban acostumbrados a hacer juntos. A pesar de estar distanciados, puedes hacerle llegar la cercanía de tu amor a través de muchos recursos.
Por ejemplo, puedes sorprenderla con helado u otra comida que prefiera a través de algún servicio de reparto a domicilio. O quizás tomar como “cómplice” a un familiar o compañero o compañera de departamento para que prepare un desayuno sorpresa en tu nombre.
3. Que la distancia no los anestesie
Tengan mucho cuidado de no dejar que las tensiones emerjan por la ansiedad del confinamiento o los conflictos que puedan tener en la convivencia con otras personas. No cedan a la tentación de dejar cabos sueltos tras una pelea, pensando que el tiempo o la distancia los sanarán. Tampoco evadan asumir conversaciones que quedaron pendientes, o pensamientos que este tiempo de soledad haya hecho madurar. Lo que sienten el uno por el otro no puede quedar “en pausa” hasta que el coronavirus desaparezca.
¡Tranquilos! Tal vez encuentren que la distancia los inspira para escribir una carta —que le pueden hacer llegar a la otra persona por e-mail—. Escribir puede ser una muy buena idea si sienten que a veces les faltan las palabras justas para expresar lo que les pasa. Él o ella valorarán con seguridad el esfuerzo que pongan en volcar aquello que anda dando vueltas en sus cabezas y en sus corazones.
4. Que la pasión no queme el amor
Por un momento, intenta imaginar cómo podrías sentirte a bordo de ese bus, tren o auto que te lleve a ver a tu pareja cuando termine la cuarenta. Fueron (Ej.) 60 días sin verse más que por videoconferencia o hablarse por teléfono. Si alguna vez allí se encendió la “chispa” del amor, ahora la “llama” que tanto tiempo ha estado contenida, ¡corre el riesgo de encender el bosque!
Como dijimos en nuestro primer artículo, las demostraciones de amor serán un gran desafío una vez que cese la distancia. Como todo “fuego”, si se está muy lejos, no se siente su calor; pero si se está demasiado cerca, quema. Por eso, más allá del “frío” experimentado en la distancia, hay que “aprender a acercarse” para no lastimar ni ser lastimado.
Si ambos compartimos la convicción de vivir un amor sano y duradero, sabremos poner los reparos suficientes para no llegar a situaciones que nos excedan y nos lastimen. Para eso es necesario hablar de antemano, en “frío”, antes de que ambas “antorchas” estén cerca. La medida justa del cariño y el afecto demostrado hará que la pareja madure a su tiempo adecuado. ¡Y sin duda disfrutarán un buen momento imaginando desde ahora cómo será ese reencuentro y todos los condimentos que tendrá!
5. Ten algo por seguro: ¡Esto no es para siempre!
El autor de El Principito nos dice en otro libro que escribió poco tiempo antes de morir una frase muy adecuada para estos momentos: “El ritual es al tiempo lo que la morada es al espacio”. Dicho de otro modo: así como tu casa no es cualquier lugar de tu ciudad sino el ambiente en el que habitas, ahora que el aislamiento nos ha dado más “tiempo” —liberados del tráfico, los viajes y otros compromisos— es importante la manera cómo lo administramos y “rellenamos”.
Aprovechen para generar momentos cotidianos de “encuentro” con el otro —y por qué no, también con otros, como familiares y amigos— de manera que esa caricia que no puede tocar la piel, sí le llegue con todo tu amor al corazón. No desesperen por la distancia. Aunque parezca de otro modo, ten en cuenta que ni el mundo ni tu vida se han detenido con esta pandemia: se están transformando. Que el momento en el que el encierro concluya puedan reconocer —tú y tu pareja— todo lo que han aprendido y crecido —separados y, a la vez, juntos.