En la vida nos topamos con eventos en los que nos sentimos agredidos y eso nos deja una herida. Cuando alguien nos lastima suelen haber cuatro tipos de respuestas: reciprocidad (si tú hablas mal de mí, yo también hablaré mal de ti), venganza (quiero que la persona que me hizo daño sufra igual o más que yo), evitación (evitamos a esa persona o la herida) y el perdón (nos libera de una carga).
En lo más profundo de nuestro corazón, sabemos que el perdón es la mejor respuesta, pero, ¿por qué será que nos cuesta tanto hacerlo? Probablemente se deba a que, para perdonar, debemos mirar nuestra herida y eso nos hace sentir vulnerables, lo cual no es agradable. Por otro lado, puede ser que nos cueste perdonar porque no sepamos cómo hacerlo.
Sin embargo, estamos haciendo la pregunta equivocada. No se trata de preguntar por qué cuesta tanto perdonar. Lo que tenemos que preguntar es: ¿Por qué debo perdonar? ¿Por qué quiero perdonar? ¿Por qué perdonar es la mejor opción? Hoy quiero darte tres buenas razones para responder estas preguntas.
1. El perdón te libera
Cuando no perdonamos, solemos pensar permanentemente en esa persona que nos lastimó y en todo lo que nos provocó. Es como si estuviéramos atados a esa persona, y ese lazo trae consigo emociones como: rencor, odio, resentimiento, orgullo, etc. Quisiéramos dejar ir a esa persona, pero al no perdonarla, lo único que hacemos es atarla más y más a nosotros. Podemos incluso generar una especie de dependencia.
La única manera de dejar de lado el rencor y liberarnos de esa persona y de todo lo que trae consigo es perdonando. Cuando perdonamos, reconocemos lo que esa persona hizo y que no estuvo bien, pero también reconocemos que esa persona es más que solo ese acto que realizó. Aquí hay que tomar una decisón. Podemos optar por el perdón y decidir que no vale la pena gastar toda nuestra energía en aquello que nos hizo daño. Elegimos romper con esa atadura y liberarnos. En cambio, si optamos por la venganza creyendo que descargando toda nuestra ira contra la otra persona nos vamos a sentir mejor, estamos equivocados: eso solamente nos aprisionará más.
Te recomiendo que te conectes con tu deseo de libertad y dejes a un lado el miedo o la frustración que puedas sentir al tener que enfrentarte con esa realidad que quieres dejar atrás.
2. Perdonar ayuda a sanar
El perdón es el cimiento de toda sanación, es la base que te ayudará a ir sanando poco a poco esa herida que te han causado. La sanación no viene inmediatamente con el perdón, ya que es un proceso y requiere de más cosas. Pero sin perdón, no hay sanación.
Cuando no perdonamos, nos perdemos de vista a nosotros mismos. En efecto, enfocamos toda nuestra energía —convertida en rabia— hacia la persona que nos lastimó, y nos olvidamos de nosotros y de quiénes somos realmente. Somos más que nuestras heridas o nuestros rencores. Para reencontrarnos, hay que sanarnos.
Durante el proceso de sanación, junto con el perdón, te irás reencontrando poco a poco contigo mismo. Esto te permitirá también amar de manera más libre, sin ataduras, sin temores, como siempre has querido.
3. Perdonar nos trae bienestar
Por último, el perdón te ayudará a tener bienestar emocional, mental, espiritual y físico. Está comprobado que las personas que perdonan son menos proclives a experimentar depresión o ansiedad, a tener conductas hostiles, o a volverse enojadas y neuróticas. También es más probable que te sientas más feliz, saludable, serena, aumentes tu empatía y autoestima, tengas más esperanza, fortalezcas tu dimensión espiritual, y quieras seguir adelante con tu vida.
En cambio, las personas que no perdonan suelen dirigir sus energías hacia pensamientos de venganza contra las personas que les hicieron daño, y eso las aleja de su bienestar.
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Espero que estas tres razones te ayuden a tomar la decisión de perdonar. Es algo que solo tú puedes hacer por ti mismo. El perdón te ayuda a ti: te ayuda a liberarte y a disfrutar más de la vida. Una cosa más. No busques perdonar buscando un resultado en la otra persona: hazlo buscando tu libertad y paz interior.
Recuerda que puedes encontrar más consejos en mi cuenta de Instagram: @unapropuestadeamor.