Muchas veces el proceso de iniciar una relación parte con preguntas superficiales y sencillas para conocer a la otra persona. Inicia, por ejemplo, con preguntas sobre sus aficiones, su ocupación, un poco de sus gustos en común, etc. Posteriormente, cuando la relación toma un camino más serio, es normal que estas preguntas avancen a un contexto de mucha más confianza y complejidad.

Preguntas retadoras

Algunos novios llegan al matrimonio con preguntas que aparentemente son obvias, pero que por alguna razón evitaron o asumieron que pensaban lo mismo sin mayor cuestionamiento. Esto puede ser el origen de grandes problemas, especialmente si ya estás casado. Sin embargo, si estás en una relación de noviazgo, este artículo te ayudará a tener conversaciones profundas y retadoras que los ayudará a conocer nuevos horizontes.

1. ¿Qué harías si uno de nuestros padres se enferma y necesita cuidados y atención permanente?
2. ¿Cómo crees que afrontarías la llegada de un hijo con una enfermedad grave e incurable?
3. Si no tuviéramos dinero para celebrar una boda, ¿te gustaría casarte de todas maneras o prefieres esperar a tener el dinero?
4. ¿Qué harías si alguno de tus padres me tratara mal?
5. Si ambos quedáramos sin trabajo, ¿cuáles son las medidas que crees que habría que evaluar?
6. Si uno de tus hijos fuera descubierto consumiendo drogas, ¿cómo abordarías la situación?
7. ¿Qué crees que pasaría con nosotros si llegase a ocurrir una infidelidad o una forma de maltrato dentro del matrimonio?
8. Si estuviera en un coma y te dijeran que está la opción de desconectarme, ¿qué harías?
9. ¿Cómo crees que debe resolverse una diferencia de opiniones muy importante en el matrimonio?
10. ¿Cómo celebraríamos las fechas importantes una vez casados, como la Navidad, el año nuevo, los cumpleaños, aniversarios, etc.?
    

¿Formarme para reflexionar con mi novio?

Es importante entender que no basta con responder y tener una opinión sobre todo. Incluso, en muchos casos, no basta con estar de acuerdo. Algunas veces hay que tener una formación apropiada para dar una respuesta asertiva.

Te daré un ejemplo: quizá sobre la pregunta 8, ambos puedan decir “yo te desconectaría para aliviar tu sufrimiento”. Así, esa es una respuesta poco acorde a criterios como la dignidad de la vida humana o el fin natural de la vida. En este caso vale la pena formarse más.

En el fondo, no es una pérdida de tiempo si una vez que responden a esas preguntas. Además, las comentan o contrastan con una persona de buen criterio, un sacerdote, un especialista en temas de matrimonio canónico, etc.

Finalmente, el noviazgo es justamente la instancia ideal para crecer en estos temas, conocer más, aprender y crecer juntos, etc. Un matrimonio que parte de la base de un noviazgo que ha trabajado en este tipo de conversaciones tendrán una posibilidad de disfrutar su matrimonio mucho más altas. No se estancará en este tipo de temas bajo un contexto en donde ya es muy tarde para dar marcha atrás. Por otro lado, les permitirá comprometerse de forma mucho más libre, ya que tendrán un conocimiento amplio sobre el otro, su forma de pensar y ver el mundo.

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Como propuesta puedes tomar estas diez preguntas y cuantas más quieran en esta misma línea. Les servirá para planificar cada cita. Podrán desarrollar, de dese modo, enriquecedoras conversaciones. Es una instancia que, también, los ayudará a crecer en el sentido de intimidad a través del diálogo. Realmente es ganancia por todos lados.