Sabemos que existen varios factores que pueden complicar o simplificar la etapa del noviazgo, y la distancia es uno de ellos. “Amor de lejos, felices los 4”, es una de las tantas frases que escuchamos en canciones actuales cuando se habla de una pareja que lleva su relación de lejos. Muchos creen que un amor a distancia no es posible, pero les tenemos noticias: ¡Sí se puede! Nosotros vivimos 1 año y 10 meses de esta manera, y queremos compartirles 5 tips que pueden ayudarlos si están pasando por algo similar.
Antes de comenzar, queremos decirles que no creemos que la distancia haga que surjan problemas nuevos que no hubiera antes. Simplemente es como si se pusiera una lupa sobre ellos, haciéndolos más grandes. Pueden verse como una gran oportunidad para trabajar y fortalecer la relación aun más. Aquí tenemos 5 consejos:
1. Comunicación
Todos hemos escuchado lo importante que es la comunicación en una pareja, pues más aun cuando se está a distancia. Cuiden mucho la forma de decir las cosas y los medios a través de los cuales se comunican. Aprovechen la tecnología a su favor. Recuerden que hay muchas maneras de comunicarse: tenemos medios como WhatsApp, video llamadas, llamadas telefónicas, etc. No conviene que se haga únicamente de forma escrita, pues esto se presta a muchas malinterpretaciones, y se pierde la riqueza del tono de voz, las pausas, etc.
¡No saquen conclusiones sin aclarar las cosas con el otro! Y traten de hablar de corazón a corazón, compartiendo un diálogo sobre lo que cada uno está viviendo y experimentando; y no únicamente sobre cosas superficiales. Esto reforzará la amistad entre ustedes, dándole profundidad a su relación.
Hay ciertos patrones nocivos de comunicación que pueden dificultar las cosas; si los conocemos y evitamos, ¡nos ahorraremos muchísimos problemas y dolor! Para profundizar esto, busquen “Los 4 jinetes”, de Gottman.
2. Apertura a Sanar
Puede ser que, estando lejos, experimenten emociones más intensas de las usuales o reaccionen de manera desproporcionada. En muchas ocasiones, la razón de esto es que la situación está “tocando” algún moretón emocional, alguna herida afectiva. Esto hace que surjan actitudes defensivas, inseguridades, celos, etc.
¡Ténganse mucha paciencia entre ustedes! Recuerden que conocerse a sí mismos y sanar de manera integral —psicológica y espiritualmente— los va a ayudar a ser más libres y plenos. Cada quien tiene diferentes historias de vida, y aunque hay gente cuyas heridas son más profundas que otras, esa apertura a sanar es clave en todos para tener relaciones sanas. Muchas veces, los problemas de pareja son en realidad conflictos personales.
3. Déjense Ser
Cuando extrañamos al otro, es fácil dejarnos llevar por ese sentimiento y queremos estar en contacto con esa persona la mayor cantidad de tiempo posible. Esto puede hacer que se deje de hacer ciertas cosas durante el día, o que no se las disfrute igual por estar pensando en hablar con la otra persona o en lo que pueda estar haciendo.
Acuérdense lo importante que es para una persona ser ella misma, poner en práctica sus talentos, tener un grupo de amigos y familia, etc. Todo esto requiere tiempo y a veces podemos —por inseguridades o por extrañar mucho— limitar al otro o a nosotros mismos, e impedir que el otro haga su vida plenamente, deteriorando también sus amistades y relaciones afectivas. Así, déjense ser, e impúlsense a crecer y a estar bien. Por supuesto, dándose a ustedes mismos y a la relación el lugar que se merecen.
4. Sean Creativos
El hecho de querer hacerse presentes en el día del otro sin poder estarlo físicamente es un reto, pero también una emocionante oportunidad de poner en práctica su creatividad. Háganle al otro sentir su presencia y apoyo de diferentes maneras.
Claro está, no pueden estar en contacto todo el día, pero así como cada persona es distinta, cada relación también lo es. Hagan tradiciones propias que fortalezcan su vínculo e intimidad. Puede ser tomar durante el día una foto de algo que a cada uno le recuerde al otro y enviársela para comentarlo en la noche, mandarle por la mañana una canción para que escuche en el auto, etc.
5. Denle prioridad a la dimensión espiritual
Acuérdense que las personas no somos solo cuerpo. Tenemos una dimensión física, una psicológica y una espiritual. Tanto así que es precisamente por eso que se puede tener una relación con alguien aunque físicamente no estén juntos.
La dimensión espiritual es clave en la relación. Mientras más “nutrida” esté, más frutos vivirán y disfrutarán juntos. Es recomendable que cada uno, en individual, haga crecer su espiritualidad, pero los alentamos a hacerlo también en pareja. Dios es fuente de toda gracia que puede fortalecer y llenar sus corazones. Acérquense a Él para que su relación no sea de 2, sino de 3, para que esté cimentada no únicamente en sus esfuerzos humanos, sino en el amor mismo que es Dios. Esto les va a ayudar a ser más pacientes y amorosos, a no atribuirle al otro cuestiones que no puede llenar y que solo lo desgastarían, pues solo Dios es capaz de hacerlo. Recen juntos, pónganse propósitos juntos. Nosotros orábamos por video llamada o por teléfono en las noches, y fue algo que nos ayudó muchísimo.
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Vivir una relación a distancia no es la meta. Recomendamos que, si se da por las circunstancias, sea algo temporal. Enfrentar esto no es fácil. Requiere interés, esfuerzo, compromiso de ambos y entrega; pero, ¿no es todo esto parte del amor? Nosotros estamos convencidos de que superar la distancia nos ayudó a aprender a comunicarnos mejor, a conocernos más, a mejorar nuestra capacidad de resolver conflictos, nuestra capacidad de entregarnos, de valorar la relación, entre otras muchas cosas. Así que, si están dudando sobre si deberían tratar de continuar a distancia o están enfrentando dificultades, queremos animarlos a luchar, ¡pues el amor vale la pena!