En su compromiso mutuo, los novios o los esposos se entregan una parte del corazón, y buscan exclusividad, es decir, ser el único objeto del amor del otro. En este contexto, los celos constituyen una respuesta emocional: ese sentimiento que se produce en nuestro interior por el temor de perder al ser amado. Pero, ¿por qué se dan los celos, en qué medida pueden dañar la relación, y cómo manejarlos?
Celos y autoestima
El miedo a que la pareja prefiera a otro y abandone la relación está vinculado directamente a la autoestima, pues los celos manifiestan inseguridad personal y falta de autoestima por parte de quien los padece. Al no sentirse merecedor del cariño de su pareja, vive con ese miedo constante al fracaso y al abandono. Mira a su alrededor, y siempre ve personas con mejores cualidades, de las cuales su pareja se puede enamorar. De ahí nace la desconfianza.
Que unos novios o esposos sientan celos es propio del amor que viven, por resultar connatural a la naturaleza humana, y puede darse tanto en hombres como en mujeres. Suele tratarse de episodios pasajeros, aunque conviene dominarlos. El problema no reside en sentir celos, sino en la intensidad del sentimiento, en su frecuencia y en la magnitud en la que se manifiestan en nuestra conducta, de forma más o menos destructiva.
No ama más quien más celos siente
Hay personas que viven los celos de una forma exagerada, lo cual da lugar a los celos patológicos (celopatía). Se trata de unos sentimientos desproporcionados y permanentes provocados por el temor respecto de la fidelidad del otro, pero que carecen de fundamentos objetivos. Sin duda, evidencian una debilidad en la relación, o bien, la falta de confianza en uno mismo. La obsesión por el temor a perder a la otra persona puede deteriorar la relación, en la medida en que el celoso empieza a manipular al otro para que actúe conforme a su deseo.
En pequeñas dosis, los celos pueden halagar, al servir como muestras de afecto. Pero no se puede perder de vista que no ama más quien más celos siente, ni se puede considerar que no quiere suficiente quien no los padece. De hecho, los celos no son parte del amor, pues el amor se basa en la confianza. Los intentos de controlar y aislar a la otra persona son muestras de inseguridad, no de amor.
¿Cómo superar los celos?
En una relación tan dañada, lo cierto es que la pareja de una persona celosa tiene un límite a la hora de aguantar sus escenas de celos. Lo primero que hay que hacer para superar los celos es reconocerlos. Si no se lucha por erradicarlos, te esclavizan, y terminan por llevarte a conductas del todo irracionales, y nocivas para tu relación.
Es necesario reconocer ese sentimiento, identificar sus causas y las reacciones en las que se manifiesta, y asumir tu responsabilidad. El celoso tiende a responsabilizar a su pareja de su propio sentir, cuando realmente el problema reside en el propio proceso de percepción de la realidad.
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