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Día: abril 28, 2021

4 claves para los métodos naturales

Los métodos naturales surgen como una herramienta para comprender la fertilidad humana. Así, basándose en distintos cambios del cuerpo en el tiempo de la ovulación, establecen criterios para identificar los tiempo de fertilidad e infertilidad.

 

Sin embargo, el mundo de métodos naturales no termina allí. Una vez que se registra el ciclo, comenzamos a tener una hoja de ruta en donde uno puede adentrarse en la salud de la mujer. Se entiende que el ciclo no es algo independiente en la mujer, sino que está inmerso en la salud integral de ella. Involucra el cambio hormonal, y por ende la salud integral.

 

¿Cuáles son los principales marcadores biológicos utilizados para entender el ciclo? Con “marcadores biológicos” nos referimos a los eventos que suceden en el ciclo y que podemos tomar como indicadores que nos van marcando los sucesos. Es importante tener claro algunos conceptos para lograr entender los métodos naturales:

 

1. La ovulación es el evento más importante del ciclo de la mujer

 

Todo el ciclo está ordenado a lograr la ovulación; y una vez que esta se logra, se desencadena un proceso que termina en la menstruación. Es decir, la menstruación es consecuencia de la ovulación. Sin ovulación, no hay menstruación.

 

La menstruación debe ser interpretada como signo de un ciclo funcional. La ovulación es la única manera en la que la mujer produce hormonas femeninas. El ciclo es fundamental para la salud hormonal de la mujer. Es por esto que decimos “la ovulación es salud”; la fertilidad es salud para la mujer.

 

2. La ovulación es un evento móvil

 

Eso quiere decir que no se repite de un ciclo a otro. No es un evento predecible. El primer día de sangrado, es decir, el primer día del ciclo, no se puede predecir cuándo va a ocurrir la ovulación. Los métodos naturales están basados en aprender a interpretar los signos del cuerpo, para lograr identificar cuándo es que se da la ovulación. Se interpreta; no se predice. No existe futurismo en este sentido, por la naturaleza cambiante de la ovulación.

 

Esto es importante porque desecha por tierra todas las aplicaciones que están diseñadas con un algoritmo que estadísticamente predice cuándo puede ocurrir la ovulación. Esta información no está basada en la realidad biológica de la ovulación: su variabilidad. Las palabras “predecir” y “ovulación” no pueden estar juntas, dado que juntarlas implicaría desconocer la naturaleza del fenómeno.

 

3. La ovulación sucede una vez por ciclo

 

Si bien puede darse más de un óvulo maduro por ciclo (por eso existen mellizos o trillizos), esto se da en el mismo rango temporal. La ovulación es el proceso en donde un óvulo maduro es liberado del ovario. Una estructura que se llama “folículo” causa el proceso por el cual un óvulo pasa de ser inmaduro a maduro. Esta estructura contiene al óvulo hasta su “madurez” donde se rompe la estructura y el óvulo es liberado.

 

Lo que sucede posteriormente es importante: el folículo, esa estructura en donde logró la madurez el óvulo, una vez rota, se reagrupa formando otra estructura nueva. Esta nueva estructura, regenerada de lo que una vez contuvo al folículo, se llama “cuerpo lúteo” o “cuerpo amarillo”. Una vez que esta estructura se genera, no hay una nueva posibilidad de ovulación. Los métodos naturales buscan identificar el único tiempo de la ovulación. No se podrá saber si hubo ovulación doble o triple, pero sí se sabrá cuál fue el rango temporal en el cual se puede haber dado.

 

4. Los marcadores biológicos nos sirven para entender el ciclo

 

La temperatura: luego de la ovulación, la mujer tiene un aumento en la temperatura corporal. Como dijimos, la ovulación es el proceso en donde un óvulo maduro es liberado del ovario. El folículo que llevó al óvulo inmaduro a la madurez, luego roto y reagrupado en una nueva estructura, es un cambio fisiológico medible. Puede parecer muy técnico, pero acá está lo central: cuando aparece esta estructura, la temperatura aumenta. Esta información es crucial: si la mujer sabe registrar su ciclo, podrá establecer que el aumento de la temperatura está asociada a la existencia del cuerpo lúteo. La existencia del cuerpo lúteo confirma que el tiempo de la ovulación ya sucedió. Y que no puede volver a suceder.

 

El moco cervical: hemos dicho que el folículo es el caparazón encargado de llevar de inmaduro a maduro al óvulo. Cuando comienza su trabajo, produce una hormona que se llama estrógeno. Las hormonas cohesionan al cuerpo, son mensajeras que van alineado el trabajo de todos los órganos del cuerpo. Las hormonas son la manera que tiene el cuerpo de informar a sus distintas partes cómo actuar en conjunto. En este caso, el estrógeno va a notificar al cuello del útero (o cérvix) que está próxima la ovulación. Este mensaje es fundamental para el cuerpo, dado que el canal vaginal es un ambiente hostil para el espermatozoide, donde no va a poder sobrevivir.

 

Si el estrógeno no “avisara” o “notificara” al cuello uterino (o cérvix) que la ovulación está cerca, entonces la fecundación sería imposible. Se puede tener una sana ovulación y espermatozoides sanos, pero es necesario que ambos se encuentren. Si los espermatozoides mueren en el canal vaginal, nunca habrá fecundación. El canal vaginal se transforma en un ambiente propicio para la supervivencia del espermatozoide cuando aparece el moco cervical. El cérvix, notificado por los estrógenos, produce una descarga que envuelve el canal vaginal. Eso le da al espermatozoide una posibilidad de supervivencia de entre tres y cinco días. Una mujer que sabe registrar su ciclo puede aprender identificar este tiempo de ovulación. Lo logrará interpretando correctamente el anuncio del cuerpo respecto de la actividad ovárica.

 

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Estos dos eventos biológicos son los más elegidos a la hora de establecer una medición para el registro y entendimiento del ciclo de la mujer. Sin embargo, es importante saber que todos los métodos naturales implican una educación y preparación con una instructora.

 

El aprendizaje implica mucho más que simplemente conocer los cambios: implica entender todo el funcionamiento del cuerpo. ¡Un desafío para cualquier mujer en edad reproductiva, o cualquier matrimonio!

 

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