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Día: julio 25, 2021

Testimonio: Cómo elegimos vivir la Castidad y transmitirla a los demás

En todos nuestros artículos anteriores hemos compartido contigo consejos, experiencias y teoría en temas de noviazgo, amor, sexualidad y castidad, pero hasta ahora nunca habíamos compartido por qué nos dedicamos tanto a hablar de estos temas, y cómo fue surgiendo nuestro interés. En efecto, nuestro proyecto “Sexualidad & Castidad” no es una coincidencia, sino una respuesta a esos anhelos que tenemos de ser amados y de amar… pero de verdad.

 

Esta vez solo queremos hablarte desde nuestro testimonio, para que puedas encontrar en él algún tipo de inspiración, motivación, reflexión o cuestionamiento sobre este estilo de vida.

Una mirada distinta

 

La respuesta corta a la pregunta de por qué nos apasiona tanto hablar sobre estos temas es porque, como noviazgo joven —¡y próximo matrimonio!— queremos aportar a la sociedad una mirada distinta, positiva, real y —para nosotros— verdadera, acerca de cómo vivir el amor y la sexualidad. La respuesta larga es que no siempre fue como ahora. Hemos vivido un proceso totalmente normal de autoconocimiento, lleno de retos, ya que por hace algunos años fuimos partes de dos extremos.

Por un lado, uno de los dos pensaba que la castidad era antinatural y anticuada, y que la sexualidad debía vivirse teniendo relaciones sexuales con quien quisieras —extraño, conocido, pareja o amigo con derechos—, y que, por lo tanto, si eso te hacía sentir bien, estaba más que bien, pues el sexo estaba para disfrutar del placer. Sobre todo, creía que es importante probar para saber con quién conectas. De cierta manera, así idolatraba al sexo. Refutando este argumento brevemente, es totalmente cierto que el sexo es maravilloso, pero no en el contexto extremista que se conoce como “libertinaje”, sino más bien bajo el contexto del compromiso y la búsqueda del bien del otro, o sea, el matrimonio.

 

En el extremo opuesto, el otro se decantaba por querer tener una abstinencia sexual —sí: abstinencia, no castidad— en el noviazgo, por la idea romántica de llegar virgen al matrimonio, sin ni siquiera saber el por qué. A la vez, tenía una actitud avergonzada cuando escuchaba hablar sobre sexo o sexualidad. Porque, seamos sinceros, algunas de las decisiones que se toman hoy en día en relación a la castidad son por miedo al pecado, y no por la búsqueda de un bien. Este otro extremo se conoce como una actitud represiva o puritana. Nada que ver con el amor verdadero, ni hacia uno mismo ni hacia el otro.

Empezar de cero

 

Todo cambia cuando descubrimos por experiencia propia que ninguno de los dos extremos era bueno, sano y verdadero. Había algo que no terminaba de hacer clic: se sentía la incoherencia en ambos puntos. Así que empezamos a mirar más allá, para darle una oportunidad a esta propuesta tan distinta, retadora y esperanzadora, en esta sociedad de la que somos parte, en la que —cada día estamos más convencidos— es necesaria rescatar la sexualidad, pero de la manera correcta.

Este punto comienza de la mano de una persona muy especial para nosotros: Karol Wojtyla, mejor conocido como San Juan Pablo II. En distintas etapas de su vida se dedicó a responder dudas e inquietudes de jóvenes y matrimonios acerca de la sexualidad y el amor, para darles de ella una mirada positiva, sana y verdadera. Varios libros que hemos tenido la oportunidad de leer han marcado nuestra vida, y nos han llevado a la reflexión: Amor y responsabilidad, El don del amor y, por supuesto, las catequesis de Teología del cuerpo.

 

Sin él, este proyecto no existiría, y tampoco hubiéramos entendido tan bien cuánto valemos y merecemos ser amados de verdad, ya que con la ayuda de Dios y de todo lo que Él no has dado, se encargó de dar respuestas concretas a los anhelos e inquietudes más profundos de nuestro ser.

 

Estuvimos abiertos a escuchar, investigamos, preguntamos, refutamos y, sobre todo, tuvimos la valentía de comenzar a vivirlo, pues solo así podríamos confirmar la teoría. Y hasta ahora, ha sido la mejor decisión que hemos tomado. Por eso, no podemos quedárnosla para nosotros, sino que queremos compartirla.

 

Algunas de las razones

 

A estas alturas, muchos todavía creen que la decisión que hemos tomado —a nivel personal y en pareja— de vivir la castidad, está basada únicamente en el argumento de la religión.

 

Sí, es cierto que la parte espiritual para nosotros juega un papel súper importante, porque consideramos a Dios el centro de absolutamente todo. Por eso somos cristianos católicos: porque creemos en el Él, que hizo todo muy bueno desde el principio, y eso comprende a nuestra sexualidad.

Pero Dios es coherente en todos los sentidos, y vivir la sexualidad desde una visión personalista no solo es bueno y conveniente para el creyente practicante, sino también para el que no practica su fe, para el ateo, para el agnóstico, y para cualquier otra persona. La ciencia, la lógica y la razón no están peleadas con la Fe, sino que entre ellas juntas te ayudan a completar el rompecabezas. Esta es la respuesta: ahí está la clave para entender el don de tu sexualidad.

 

Aparte de saber todo esto, existen dos razones más. Si una parte del mundo, con sus ideologías, ideas y relativismo, te dice cómo debes vivir tu sexualidad, nosotros también queremos compartir nuestra propuesta y visión. No existe una sola cara de la moneda. No existe solo un camino.

 

Y el último motivo, consiste en que buscamos restaurar la idea manchada que se tiene sobre la Iglesia en temas de sexualidad, pareja, matrimonio y sexo.

 

* * *

Vivir esta experiencia de compartir una mirada verdaderamente positiva de la sexualidad ha sido todo un reto para nosotros como transmisores del tema, porque cuando se tiene certeza de algo bueno y verdadero, se siente como una llama ardiente en el corazón, que queremos compartir con los demás. Pero también ha sido muy enriquecedor encontrar personas que están en la misma sintonía que nosotros.

 

Si has dudado alguna vez en dar el paso para vivir de esta manera o en comenzar a hablar de la castidad a tus conocidos y seres queridos por miedo a ser juzgado, queremos decirte que sigas adelante. Profundiza, lee, cuestiónate, conócete y ten mucha paciencia contigo mismo.

 

Nosotros te estaremos esperando en nuestro Instagram, @sexualidadycastidad, para aprender juntos o responder a tus dudas. Un gran abrazo.