Hay una canción que me encanta y que tiene una frase súper ganadora: “El pasado es historia; el futuro es incierto; el presente un regalo que hay que valorar”. Cada vez que la escucho me pongo a pensar en cuántas veces he dejado de disfrutar mi “ahora” por estar pensando en un futuro que aún no llega. Por ello, te quiero escribir acerca de cómo esa manera de vivir puede afectar nuestras relaciones.
Ocurre que nuestros ideales, anhelos e ideas inciertas pueden ayudarnos a construir nuestro noviazgo o, por el contrario, pueden hacernos permanecer en algo que no te lleva a donde sueñas. Porque en ocasiones decidimos sostener relaciones disfuncionales, sobre la base de la idea de un futuro perfecto que imaginamos. En esos casos, olvidamos el presente en el que vivimos. Si bien el noviazgo es un periodo de conocimiento y discernimiento, también es el momento para tener todos los sentidos y la razón super despiertos. Te dejaré aquí algunos consejos para que evalúes si el presente de tu relación te lleva a ese futuro que deseas y mereces.
Sientes paz
Puede parecer muy cliché, pero la paz es el lenguaje con el que Dios habla. Claramente, las relaciones perfectas no existen, pero si, aún con discusiones o diferencias, sientes paz y tranquilidad, es porque estás en una relación que promete un buen futuro.
No es normal que constantemente te estés preguntando si estás con la persona indicada, si estás haciendo lo correcto o que discutan sobrepasando ciertos límites como el respeto, la falta de escucha y la incapacidad de llegar a acuerdos. Así que, si en tu presente sientes paz, sabes que no estás idealizando el futuro.
¿Piensas más en lo que será que en lo que es?
Cuando pensamos constantemente en que “estaremos bien cuando…” o “estaremos plenamente felices si…”, debemos cuestionar si realmente estamos en una relación funcional. Pensar en un futuro feliz y funcional es normal; lo que no es normal es que estés más enamorado de la idea de futuro que tienes que de lo que vives actualmente. Si sientes que con tu pareja estarás feliz únicamente cuando sucedan otras cosas, entonces debes evaluar si realmente vale la pena continuar con esa persona.
¡Como perros y gatos!
Como te decía en el primer punto, las discusiones son completamente normales. Sin embargo, cuando en una relación el diálogo no existe o cuando las peleas son muy constantes, es importante evaluar conductas, trabajar con un terapeuta y tomar una decisión que les dé paz.
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Cuando en el presente no vives aquello que anhelas para tu futuro, es mejor darle tiempo al corazón y poner a trabajar a la razón. Permanecer en una relación por la idea de lo que puede ser y no es te hace daño a ti, y también al otro.
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