En 2012, cuando éramos novios, éramos polos totalmente opuestos: yo, Elena, quería pasar mucho tiempo con Nando, y Nando quería pasar más tiempo a solas. Definitivamente «ser uno» es un ideal hermoso para el matrimonio, pero difícil de ponerlo en práctica. Esta semana cumplimos 7 años de casados, años durante los cuales cada vez logramos más “ser uno” en plenitud.
Así que, si piensas casarte, aquí te compartimos 7 tips que a nosotros nos han servido en este proceso de ser uno, no sólo entre nosotros, sino también ser uno los dos, con Cristo…
1) No intuyas nada, siempre pregunta
Muchas veces creemos conocer a la persona y hacemos suposiciones en base a lo que “conocemos”, es habitual que estas suposiciones vengan cargadas más de historia personal. Por eso es indispensable que ante una duda venga una pregunta de curiosidad, y no una pregunta acusatoria.
2) Siempre estamos en constante cambio
Todos los días nuestros pensamientos, ideas y opiniones se van desgastando o fortaleciéndose en base a nuestras experiencias diarias, lecturas y conocimiento. Por lo tanto, si perdemos contacto intimo con nuestra pareja por un tiempo prolongado, nos va a resultar desconocido y empieza a aparecer el “No eres el mismo con el que me case”, y eso es completamente cierto: tú tampoco lo eres. Pero llega esa sensación de estar con un desconocido, porque no tuviste la precaución de actualizar todos los días la versión que tenías de tu pareja.
3) La confianza crece con la intimidad
Qué importante es intimar con nuestra pareja, contarle las cosas que no nos atreveríamos a contarle a nadie más, esos sueños que tenemos en el fondo de nuestro corazón o esas emociones que a veces nos avergüenzan. Conforme más intimidad tenga el uno con el otro, la confianza se va a fortalecer más. Te darás cuenta de que estás en una zona segura y que la otra persona se siente igual contigo.
4) Cuida tu individualidad
Aun siendo uno mismo, no dejas de ser una persona individual, que tiene sueños, anhelos, necesidades y su esencia. Cuando pasamos al matrimonio, nos olvidamos mucho del ser individual para ser “una sola carne”; pero la realidad es que solo se puede ser una sola carne cuando son dos individuales que se complementan, y no que “completan” uno mismo.
5) No puedes amar a alguien que no admiras
La admiración es clave en un matrimonio, porque cuando dejas de admirar a tu pareja, empiezas a distraerte con otras cosas que te parecen más “llamativas” que lo que tienes en casa. Y no solo hablamos de otras personas, sino también de otras actividades que dejan a nuestra pareja en segundo plano, como el trabajo o algún deporte.
6) Cuidar siempre el bien común
Tratar de ser imparciales lo más que pueda, buscando siempre el bien de la relación, y no sacando provecho para mí a costa de mi pareja.
7) No dejen de tener actividad física, espiritual y mental
Todos somos cuerpo, alma y mente. Si no alimentamos día a día alguna de estas áreas, se empiezan a desquebrajar, causando un mal no solo para mi persona, sino también para mi pareja. Porque somos un regalo para nuestra pareja también, un regalo que debe de mantenerse lo mas íntegro en medida de lo posible y, si descuidamos alguna de estas áreas, el regalo que somos empieza a ser una carga.
No hay área más importante que la otra, y debemos al menos dedicar quince minutos diarios a cada una.
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Si uno cae, el otro lo levanta. Si uno falla, el otro consuela. Si uno se desvía del camino, el otro lo regresa. Si uno no sabe, el otro enseña. Pero si uno triunfa, el otro también. Si uno gana, el otro igual. Si uno es feliz, sin duda alguna el otro también lo será. Y, si eres de esos que siguen creyendo que es posible construir un amor para toda la vida, que sabe que requiere trabajo, te invitamos a escuchar nuestro podcast en Spotify o Youtube, donde lo encuentras como Una Pareja Irreal.
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