No sé si te ha pasado, pero cuando salimos con alguien y no nos llama de nuevo, ponemos mil pretextos por los cuales esa persona no nos busca o nos deja en visto. También justificamos cuando nuestra pareja no nos contesta en 3 días, porque seguramente tiene demasiadas ocupaciones, y nos sentimos mal por no sentirnos su prioridad y pedir tiempo de calidad. Quiero decirte que NO: no estás pidiendo mucho. De hecho, te estás conformando.
#1 El amor verdadero es exigente (Juan Pablo II)
El amor verdadero es exigente, y no en un sentido vano de exigir cosas del mundo que todos pueden conseguir. Es exigente en el sentido de que nos exige renunciar al egoísmo para salir de nosotros mismos y donarnos al otro. Eso implica trabajar por ser mejores para el otro en todos los aspectos. ¡Claroque eso implica esforzarte, sacar lo mejor de ti, pero, ¿qué sería de nosotros si el otro no nos impulsara a ser nuestra mejor versión?
#2 Tiempo
Cuando nos comprometemos verdaderamente con el otro para amarlo y buscar su bien, como todo lo que vale la pena, es necesario dedicarle tiempo. Por eso no, no estás pidiendo mucho al querer ser prioridad. Porque, si no se dan tiempo de pensar el uno en el otro y pasar tiempo juntos, se van a ir perdiendo cada uno en sus cosas y su egoísmo. Y sí…, hay veces en las que no se puede estar en contacto todo el tiempo o verse, pero es importante hacerle saber al otro de alguna manera que piensas en él. ¿O no tienes ni dos minutos en TODO el día para decirle a la persona que se supone que es más importante en tu vida que la quieres, que piensas en ella…?
#3 Servicio
Servir a los demás es de los llamados más bonitos que tenemos. Servir no significa ser débil o menos que el otro. Es reconocer que tenemos dones, y que de nada nos sirven si no los usamos para ponerlos al servicio de los demás. Sirviendo al otro es como entendemos que somos don, pero también como reconocemos el don del otro y lo recibimos. Y así sabemos que es digno de nuestra vida, de nuestra entrega. Cuando nos donamos, esa es la forma en la que, a través del otro, se nos revela el proyecto que Dios quiere en nuestra vida.
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Por lo tanto, no estás pidiendo mucho, no estás exigiendo mucho al querer ser su prioridad, al querer dedicarse tiempo. No te conformes, y apunta alto en el amor.