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Día: junio 30, 2024

¿Qué me hubiera gustado saber sobre el sexo antes de casarme?

Esta pregunta nos la hacemos, normalmente, personas ya casadas, al darnos cuenta de que la realidad supera cualquier expectativa sobre el sexo. La realidad es que el sexo no tiene nada que ver con lo que te puedas imaginar, porque el hecho de imaginar nunca te permite entrar en contacto real y verdadero con otra persona a la que le das la vida (y esa persona a ti).

Cosas que me parecen clave:

  • Que no hace falta probar antes de casarse.
  • Que el hombre y la mujer tienen distintas curvas de excitación, cosa que, por ejemplo, en las películas no se muestra.
  • Que la ternura es tan necesaria como el aire para respirar.
  • Que lo más importante del sexo no es llegar juntos al orgasmo.
  • Que el abrazo posterior a la unión conyugal es un bien menospreciado.
  • Que esperar no mata: esperar alimenta.
  • Que en el posparto la libido está en el subsuelo y no hay forma de desenterrarla.
  • Que el deseo sexual se educa y se trabaja.
  • Que no puedes darle largas a tu marido cruelmente cuando no hay motivo para ello.
  • Que se necesita hablar mucho para entenderse. 
  • Que elevar el sexo a lo espiritual es igual de importante que saber bajarlo a la tierra y practicarlo.
  • Que el sexo lleva implícita la posibilidad de ser padres, aunque no siempre vengan los hijos.
  • Que el sexo no es algo sucio, aunque lo parezca de lo manoseado que está.
  • Que el sexo, en su desnudez, es una forma de acoger al cónyuge tal y como es. 
  • Que cuanto más tiempo pasa es mejor. 

El sexo es para el amor 

En definitiva, el sexo no está para el placer, sino para el amor. Ese amor se fortalece fuera de la cama.

Nos conocemos viviendo, pasando por diversos obstáculos, viendo cómo reaccionamos, aprendiendo de nuestros fallos a ser mejores, mirándonos a los ojos, hablando. El sexo es como la vida misma: se aprende compartiendo nuestra existencia entera, en lo bueno y en lo malo.

¡Tan reales son las diferencias entre el varón y la mujer!

Me gusta decir que no existe la incompatibilidad sexual, sino que existen maneras de trabajar la compatibilidad. Cada matrimonio va encontrando las suyas. Se encuentran con ternura, paciencia, comprensión, esperanza, humildad, dominio de los propios impulsos, auto conocimiento y conocimiento de las diferencias sexuales entre el hombre y la mujer 

Por cómo se muestra el sexo hoy en día, parece que todo debería ser fácil y sin esfuerzo y, además, sentirlo intensamente. Ahí está el problema, en partir de unas expectativas irreales.

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El sexo conyugal es la expresión de amor entre dos personas que se dan la vida cada día, con afectos que necesitan ser cuidados. El reto está en integrar esa demostración corporal tan especial en nuestra vida compartida y llena de intimidad (sobre todo fuera de la cama), para que sea una celebración de lo que nos amamos. Además, para que, aunque técnicamente pudiera parecer un desastre, nos sirva para demostrarnos que nos seguimos amando y que seguimos aprendiendo juntos en ese camino.