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Día: febrero 27, 2025

Seis red flags que deberías considerar desde las primeras citas

El inicio de una relación puede ser muy emocionante por el sabor a lo nuevo. Sin embargo, es importante identificar señales de alerta desde el principio para evitar perpetuarse en relaciones poco saludables. Construir un vínculo sano requiere tiempo, amor propio y discernimiento. Este artículo explora seis señales de alerta para tener en cuenta en orden a buscar conexiones basadas en respeto mutuo y amor verdadero. ¡Veamos!

1. Confusión entre buena persona y buena pareja

Un «buen tipo» no siempre construye relaciones sanas. En ambientes católicos, por ejemplo, se puede cometer el error de pensar que el hecho de que una persona sea parte de un grupo religioso o que asista a misa todos los días es garantía de que será un gran esposo o esposa.

La compatibilidad en una relación depende de valores, objetivos y expectativas compartidas, además de la bondad. Es importante evitar idealizar, y evaluar si alguien realmente encaja con tu vida y tus metas. Aunque un Mercedes Benz sea un excelente automóvil, no a todo el mundo le conviene tener uno.

Hazte preguntas como estas: ¿Lo que busco en una pareja está en sintonía con lo que él puede ofrecer a largo plazo? ¿Sus valores y vida cotidiana encajan con los míos?

 

2. No estar en la misma página

Una relación requiere sincronía y respeto mutuo hacia tiempos y etapas. Si uno quiere casarse ya y el otro espera terminar su carrera para recién pensar en formalizar, uno de los dos (o ambos) se sentirá presionado y angustiado.

Avanzar paso a paso es clave, evitando prisas que puedan indicar inmadurez o idealización, y hay que hacerlo codo a codo. Si las metas o intenciones no coinciden, será difícil construir una base sólida.

El amor verdadero necesita tiempo y compromiso compartido. Cuando llegas a almorzar y ya te quieren servir el postre, claramente ese no es el lugar.

Revisa si la otra persona está haciendo comentarios que puedan indicar que no están alineados. ¿Él ya te propone tener relaciones sexuales cuando apenas sabes su nombre o su dirección? ¿Ella te habla de matrimonio en cuanto cumplieron la mayoría de edad?

3. Negación de una intención seria

No todas las relaciones apuntan de inmediato al matrimonio, pero desde el inicio es crucial que no sea solo un pasatiempo. Aunque hablemos de enamoramientos entre adolescentes, ninguno de los dos puede considerar al otro un juguete. Una relación debe ser un camino hacia el amor verdadero, no una distracción o algo sin significado.

El compromiso no es inminente, pero todas las relaciones deben buscar el bien mutuo y tener un propósito claro. Si una persona usa el cofre de joyas de la abuela para atrancar la puerta, es obvio que no le da valor que posee.

Asegúrate de que ambos estén de acuerdo en que la relación tiene un propósito y no sea para pasarla bien nada más. ¿Te habla mucho de su novio anterior y de que no puede estar sola? ¿Él te ha dicho que no cree en el matrimonio?

4. Falta de empatía y respeto mutuo

El respeto mutuo es esencial en una relación. Aunque se expresen de una manera cariñosa y amable, las decisiones no pueden ser unilaterales. Si desde el inicio detectas desprecio, egoísmo o falta de empatía, son señales de alerta.

Todos tenemos una dignidad que hace que merezcamos ser escuchados y valorados. Una relación saludable se basa en dar, recibir y construir un vínculo de amor genuino, imitando el que Dios nos tiene. El momento en que le damos la misma comida al perro y al pez, no estamos entendiendo lo que cada uno necesita y uno de los dos puede morir.

Presta atención a las pequeñas acciones que reflejan el lugar que la otra persona te da en su vida. ¿Él respeta tus opiniones y escucha tus preocupaciones? ¿Ella le da importancia a lo que es crucial para ti, aunque según ella sea absurdo?

5. Falta de respeto hacia tus valores 

Una relación sólida se basa en compartir valores fundamentales como la fe y la visión de vida. Si bien no siempre podrán estar de acuerdo en todo, al menos ambos deben entender que principios y valores son parte esencial de la persona con quien están.

Si una relación te hace cuestionar tus principios o elegir entre ellos y la pareja, ¡big red flag! Más allá de la atracción inicial, el amor verdadero implica crecer juntos a partir de esos valores y desde el respeto mutuo. Si en el medio de una eucaristía alguien se para a insultar a los creyentes diciendo que son borregos sin cerebro, es muy probable que termine siendo expulsado del templo.

Fíjate si las conversaciones giran únicamente en torno a tópicos superficiales. ¿Él se burla de tu religión? ¿Ella intenta cambiar de tema cuando hablas sobre lo que para ti es primordial?

6. No hay coherencia entre palabras y acciones 

Otra señal importante ocurre cuando las palabras de la pareja “prometen el cielo”, pero sus acciones no reflejan compromiso, honestidad o apertura. No es lo mismo mostrar el esfuerzo de cumplir con lo ofrecido a pesar de no siempre lograrlo, que recurrir todo el tiempo a excusas ante dicho incumplimiento.

En una relación seriedad y autenticidad van de la mano. Nada habla más claro que las obras, y los actos deben siempre respaldar las palabras. Cuando un gato se frota contra tu pierna y en cuanto quieres acariciarlo te araña, no querrás volverte a acercar a él.

Evalúa si luego de tomar contacto con la otra persona sientes confusión sobre sus sentimientos o pensamientos. ¿Te dice que está interesado en seguir viéndote, pero no te escribe ni te llama? ¿Cuando están juntos ella dice que se siente bien contigo, aunque no deja de mirar su teléfono?

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El amor no debe ser ciego. En las primeras citas, es importante identificar red flags para evitar relaciones poco saludables y tomar decisiones sabias. Recuerda siempre que tu dignidad no depende de una pareja, sino del amor propio, la fe en el plan de Dios para tu vida y relaciones basadas en respeto, confianza y verdad.

Construir vínculos sanos requiere voluntad y valentía para responder a señales de alerta. Si encuentras algunas de estas señales de alerta (u otras), no quiere decir por ley que la relación no pueda funcionar, pero sí hace falta prestar mucha atención para no consentir que te hagan daño por permitir que las cosas vayan más allá de lo que debieron.