¿Acaso es posible amar sin entregarse? ¡Alto! El sacrificio no significa sufrimiento sin sentido, sino la donación de uno mismo por amor, que se entrega y se transforma en vida. Dios nos enseña a amar sin reservas.
En el sacrificio ganamos
Ser mamá implica esfuerzo y renuncias. Muchas veces, dormimos poco, comemos mal, ponemos a nuestros hijos primero y reorganizamos nuestra vida entera. También ganamos, en el camino, amor incondicional, conexión profunda y la satisfacción de verlos crecer. No todo es dar, recibimos muchísimo, porque Dios nos ha confiado la hermosa tarea de guiar y amar a nuestros hijos.
La maternidad no es un obstáculo
El mundo actual en repetidas ocasiones nos dice que la maternidad limita nuestras oportunidades. En realidad, la maternidad nos hace crecer y nos fortalece. Nos enseña a ser más organizadas, más resilientes y a ver la vida con otra perspectiva. Crecemos junto con nuestros hijos y encontramos nuevas formas de realizarnos. Dios nos da la gracia de descubrir con la maternidad una nueva versión de nosotras.
Momentos difíciles y llenos de significado
Es verdad que no es fácil. Hay días de cansancio, de dudas y hasta ganas de renunciar. Luego, llegan esos instantes maravillosos, como un bálsamo: unos bracitos rodeándote con amor, una mirada tierna, una risa que ilumina el día. Esos momentos nos recuerdan que todo vale la pena, que no estamos solas y que Dios nos sostiene incluso en los días más difíciles.
Entrega con propósito
Ser mamá es un acto de entrega. No lo es para perdernos, sino para encontrarnos. En cada renuncia hay un crecimiento; en cada esfuerzo, una lección; en cada entrega, la oportunidad de descubrir un amor más profundo. El amor de Dios se dona sin reservas.
***
Un sacrificio que da frutos
La maternidad es un acto de amor que se nutre de la donación diaria. Es una bendición que, aunque exige, también nos llena de gozo. El amor que damos nos transforma y nos hace crecer. Dios nos acompaña en este camino, nos fortalece y nos recuerda que cada esfuerzo sembrado con amor siempre dará frutos abundantes.