Hay muchas cosas por las que doy gracias a Dios. Sin embargo, hay un aspecto de vida por el que me siento profundamente agradecida: MI FAMILIA. Y no, no es porque sea perfecta, más bien es bastante imperfecta, pero justo esa es la característica por la que más me siento afortunada. En mi casa, con los que amo, es donde más aprendo de mí misma y donde encuentro cada día retos para ser mejor.
A veces se nos olvida que la mejor escuela de la vida es la familia, nos cuesta aceptar las diferencias, a ratos nos provoca cambiarla por otra, y quizás en ocasiones hasta hemos pensado que estaríamos mejor sin ella. Pero la verdad es que nuestra historia familiar y el ambiente que nos rodea es lo que nos hace identificar en qué podemos mejorar y es el lugar donde más podemos crecer.
Aquí te daré 3 consejos para aprovechar lo que menos te gusta de tu familia:
#1 Empatiza
Tener empatía no es aceptar el todo por el todo, o acomodar tus opiniones a las de los demás. Pero sí es una cualidad que nos permite tener relaciones más sanas y profundas. La familia, definitivamente, es un lugar en el que puedes trabajar la empatía.
Intentar comprender por qué tu mamá, tu papá o tus hermanos reaccionan o actúan de cierta manera es un verdadero reto. Es mucho más sencillo entender los comportamientos de los amigos, de los compañeros de clase o de los colegas del trabajo porque no estás conviviendo con ellos la mayor parte de tu vida.
Por eso, créeme. Si logras hacerlo en tu familia, ser empático en otros aspectos de tu vida será pan comido. Además, al poner un esfuerzo doble en lograrlo, te sentirás mejor contigo mismo y harás de tu hogar, un lugar más feliz.
#2 Sé detallista
Ser atento con las cosas que te cuentan tus familiares, sorprenderlos con una cena deliciosa, hacerles algún favor o no continuar una discusión son formas de ser detallista sin tener que gastar dinero. La buena costumbre de ser cordiales en fechas especiales debería funcionar durante los 365 días del año.
Muchas veces esperamos que nuestro alrededor cambie, y se nos olvida que los primeros que debemos cambiar somos nosotros mismos. Después de que leas este artículo, te invito a que decidas hacer algo lindo por tus familiares más cercanos, sin duda, lo mínimo que vas a lograr es sacarles una sonrisa.
#3 Siempre agradece
Ser agradecidos por todo lo bueno es fácil. Agradecer por lo no tan bueno es bastante difícil. Si lees este artículo, te quiero recordar que incluso las cosas menos bonitas de la vida son las que nos hacen ser quienes somos, nos forjan el carácter y nos hacen valorar lo que sí es agradable. No sé tú, pero yo hoy quiero agradecer por todas las cosas que me cuestan de mi familia, finalmente, esas situaciones son las que me hacen crecer.
Haz una lista de todas las cosas por las que hoy quieres agradecer de tu familia e incluye aquellas que no parecen ser bendición. Verás cómo lentamente, Dios te va limpiando la mirada para aquellos que amas.
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Espero que estos tips te sirvan para mejorar la relación con tu familia y enriquecerte con las dificultades.
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