Una de las afirmaciones que más se dicen con relación a la confianza —y con la que casi todos estaríamos de acuerdo— es que es de las más difíciles de conseguir y de las más fáciles de perder. Es muy valorada en todas las relaciones humanas, pero lo es especialmente en las relaciones de pareja. Por este motivo, siempre viene bien trabajarla para consolidar una buena relación.
En ese sentido, hay aquí algunos consejos que pueden servir para crecer en la confianza con tu pareja, sobre todo en los inicios de una relación.
1. Sé transparente
Cuenta tus planes en un futuro cercano y lejano. ¿Cuáles son tus planes para hoy o para la semana? ¿En cuáles convergen ambos? ¿Hay planes de viaje, de estudios, de trabajo? ¿Cómo se puede lograr la compatibilidad de los planes de cada uno?
Entre algunos jóvenes es común la idea —consciente o no tanto— de preferir no comprometerse para no “dar explicaciones”. Nada se planifica, se busca que todo “fluya” para no sentirse “asfixiados” por la necesidad de tener que formalizar la relación. Aun así, sin trabajo alguno, se espera que la comunicación y la confianza sean perfectas.
La confianza no se va a construir de la nada, y menos si uno se guarda cosas que debería compartir para fortalecer la relación.
2. Di la verdad completa
Hay una historia que alguna vez escuché —y que trataré de reproducir como mejor la recuerdo— que puede servir de ejemplo. Una vez, un hombre fue a confesarse diciendo que había robado una soga. El detalle era que a esa soga iba amarrada a un burro, y ese burro llevaba consigo un cofre con oro. Es decir, el hombre había robado no solo la soga, sino también el burro y el cofre con oro.
A veces, tratamos de acomodar el discurso de tal forma que no se diga una mentira, pero tampoco la verdad completa porque, en el fondo, sabemos que podría resultar desagradable. Sin embargo, a la larga, además de crearse un mal hábito, se genera un desgaste que, con el tiempo, irá debilitando la confianza hasta el punto de poner en peligro la relación.
3. Conoce a la otra persona
Es bueno no solo conocer a la persona como es en la actualidad, sino también la historia que hizo que sea lo que es hoy. Es verdad que uno está con la persona que ha conocido ahora; sin embargo, esta persona no se hizo de la nada, y hay virtudes y defectos que se fueron gestando en el camino. Conocer al otro es fundamental.
No se trata de conocer las cosas malas del otro con el fin de juzgarlo o criticarlo, sino con el objetivo de entenderlo mejor y ayudarese mutuamente.
4. Piensa bien y acertarás
No es bueno andar obsesionado pensando en que el otro siempre está haciendo las cosas mal. Mucho menos es saludable crear historias mentales usando las peores razones para explicar por qué el otro actúa de tal o cual manera. Es mejor y más saludable confiar en que el otro está buscando hacer las cosas bien.
Si hay conductas que no se entienden, lo mejor es busar un momento para conversar sobre el tema, y no andar fabricando historias mentales.
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Sin duda algo clave para mejorar el nivel de confianza es una buena comunicación. A veces pasa que hablamos mucho pero no comunicamos nada. Es mejor enfocarse en conocer a la otra persona no solo en lo superficial, sino también en su interior. Es decir, interesarse por lo que cree, lo que piensa, lo que anhela, sus valores, etcétera.
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