“Abuelo”, dijo Marian, “¿cómo haces para tener un amor tan bonito con mi abuela?”. El abuelo le respondió: “El amor se construye, nada es fácil en esta vida, todo lo grande requiere esfuerzo”.
Santo Tomás de Aquino dice: “el amor busca siempre el bien de la persona amada”. El amor es capaz de trabajar sólo y sin correspondencia, pero, lo maravilloso y lo más grande del mundo sucede cuando dos amores se encuentran. Entonces, como consecuencia de ese encuentro, se crea la amistad; un amor que no mide, ni da a medias, un amor que va y viene en las dos direcciones. ¿Vieron? Amor y amistad no se separan: se necesitan el uno al otro, porque del amor nace y crece la amistad, y la amistad vive y perdura solo en el amor.
Desde la creación, el hombre fue creado por Dios a Su imagen y semejanza, pero Dios vio que estaba solo, que no había nadie parecido a él o que fuera de su especie. Entonces, consideró que necesitaba una ayuda adecuada, un complemento, y de su costilla creó su compañía: la mujer.
La mujer del comienzo de este artículo soy yo: yo soy Marian. Y fue mi abuelo quien me enseñó a amar. Desde aquel momento supe que no merecía un amor a medias, sino un amor que me valorara y me quisiera. Supe que todos merecemos un amor que quiera “construir con nosotros a lo grande”.
Cuando conocí a Marco, recordé la frase de mi abuelo: “construye el amor”, y se la compartí. Él siempre tuvo esa apertura a vivir la amistad en el amor, y viceversa. Se le notaba, lo quería…, y lo más importante: lo vivía. Y lo vive conmigo ahora.
¡Qué bonito es cuando ambos tienen el anhelo de construir el amor! Eso sí: te mentiría si te dijera que es fácil, porque no lo es. Solo un amor construido de la mano de Jesús y de María es capaz de tener una base sólida y con apertura a recibir y a acoger. Eso lo sabemos ahora; por ello, desde nuestra experiencia, queremos compartirte 4 tips que nos ayudaron y ayudan a vivir la amistad en el amor:
(¡Marco, ya puedes venir! Aquí viene la parte del artículo donde tenemos que escribir juntos, ja, ja).
#1 Recuérdalo siempre: la amistad y el amor son un dar, más que un recibir
La amistad es un gran valor; la soledad es una triste experiencia, lo dijimos al inicio. El hombre necesita sentirse amado, tiene esos deseos profundos de amor. Alguna vez nos dijeron que, si queríamos saber qué era la amistad, solo reemplacemos la palabra “amor” por “amistad” en la cita bíblica de Corintios 13. De ahí saldría algo así como: “la amistad todo lo puede, todo lo soporta …”.
La amistad es un afecto puro, desinteresado y recíproco, que nace y se fortalece con el trato. Se basa en la sinceridad y en la generosidad. Eso lo practicamos nosotros, pues desde que nos conocimos nos valoramos muchísimo como amigos. Sabemos que la simulación, el engaño y la traición son la muerte de la amistad y, por tanto, del amor.
En la amistad te aceptan como eres, y te valoran por lo que eres, comprendiendo y perdonando tus fallos y limitaciones. De igual forma será en el enamoramiento. Ella favorecerá la amabilidad, la alegría —esas alegrías en las que te falta el aire de reír tanto—, la bondad, la sinceridad, la generosidad, la cordialidad, el deseo de hacer el bien y la preocupación por los demás. A su vez, como el amor, dura toda la vida. La amistad que es pasajera no es verdadera amistad. Lo mismo que el amor: o es eterno, o no es amor. La amistad se vive siempre.
#2 ¡No quemes etapas!
¡No quemes etapas, por favor! Todo tiene su tiempo, su espacio y su manera. Si quieres construir una casa, has de conocer los planos de tu casa, saber dónde quieren construirla, tener el espacio, medir, ir paso a paso: primero, por una buena base con columnas que, ante cualquier desastre natural, no permitan que esta se venga abajo. Lo demás viene por añadidura: decoraciones, diseño de interiores, pintura, etcétera. Lo primero es la base, la solidez. Si no tienes esto, procura no seguir con lo demás.
De la misma forma pasa en tu relación: si no tienes una base sólida, no puedes saltarte a la siguiente etapa, porque, ante cualquier adversidad, verás cuán fácil se desmorona. Por ejemplo, para nosotros, construir el amor en la solidez de Jesús y de María, de su mano, ha sido la mejor decisión. Han venido problemas y momentos de angustia, pero nos hemos sentido siempre protegidos. Si eres católico y creyente, ¡te lo aseguramos! Ellos serán siempre tu puerto seguro. Si no lo eres, busca y trabaja esa base y solidez que te haga sentir en confianza para comenzar a construir.
La buena base se construye en la amistad, etapa en la que conocerán los ideales del otro y sus deseos profundos de saber si quiere vivir el amor verdadero contigo o no. Es una buena ocasión para el conocimiento mutuo, con vistas a una futura relación más duradera. Y, cuando estén convencidos de dar el siguiente paso, vendrá la etapa de enamoramiento o noviazgo, que los ayudará en su preparación para la vocación del matrimonio. Sin embargo, es importante jamás olvidar que la amistad ha de perdurar en todas las etapas; porque nunca, así ya sean esposos, han de dejar de ser buenos amigos.
#3 ¡Sé su “compi”!
¿Compis? Sí: aquí, en Perú, es normal decirle “compa” al “amigo”, y nosotros le dimos un término más romántico, al decirle “compis” —eso es por eso nuestro nombre de proyecto: “Compis Deus”—.
Nosotros somos muy amigos, somos los mejores amigos. Tenemos la confianza de contar el uno con el otro. Tenemos la libertad de decirle al otro, con todo el respeto, lo que nos molesta o incomoda, para que, con la misma libertad, la otra persona también pueda enmendar su error.
Una cita bíblica que nos gusta mucho es esta: “Quien ha encontrado un amigo ha encontrado un tesoro” (Eclesiástico 6, 14). Procura que tu pareja sea tu tesoro, ese tesoro que vas a cuidar toda tu vida como lo más preciado que tienes. Porque solo entendiendo que tu pareja es un tesoro serás capaz de cuidarla como a nadie, reconocerás su verdadero y único valor en tu vida, no permitirás que nadie le haga daño, y menos tú, que eres quien ha de protegerla.
#4 No pierdas los detalles de la primera etapa
Hablábamos de la importancia de no quemar etapas, y estamos seguros de que muchas veces, en la primera etapa, cuando uno está conociendo a la otra persona, surgen ciertos detalles muy especiales: dedicar canciones, regalarle flores, hacerle un dibujo, una pequeña cartita, una notita de amor… Porque, en la conquista, está aquel mariposeo que eleva el sentir a mil por hora.
Son detalles que surgen y que van generando la confianza de pasar a la siguiente etapa con el otro. Lo importante de todo esto es trasladar esta primera etapa de conquista, y sumarla a la siguiente, que es el enamoramiento/noviazgo. Porque, si la dejamos atrás, es como si todo lo trabajado se viniera abajo: los detalles, la amistad, la confianza.
Creemos que todas las etapas han de sumarse, conforme se vaya avanzando y concretizando la relación. Por esto, por amor, por respeto a lo vivido, y por la amistad formada desde que se han conocido: ¡No pierdas los detalles con tu pareja! ¡Enamórala todos los días y enséñale a amarte a través de tu lenguaje de amor!
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¡Adelante! Todo lo bueno y bonito se adquiere con paciencia y dedicación. Y se conserva con la amistad.
Nos alegra mucho sumarnos al Team de escritores y si quieren conocernos, pueden buscarnos en Instagram: @compisdeus
Para seguir leyendo:
– Robinson. Educación sexual y conyugal, 3º, II, 7. Bilbao: Mensajero. Este magnífico libro deberían leerlo todos a partir de los 18 años. Informa admirablemente de todo lo que deben saber los jóvenes y los esposos sobre la vida sexual.
– Papa Juan Pablo II. Teología del cuerpo. Audiencias. (https://www.vatican.va/content/john-paul-ii/es/audiences/1979.index.html)
– Michael Ryan Grace. «Ama con amor de amistad» en Catholic.net. (https://es.catholic.net/op/articulos/4752/cat/898/ama-con-amor-de-amistad.html)