Las palabras lindas en las relaciones son necesarias: alimentan el alma, hacen a una conversación amena y son un preámbulo para profundizar en una conversación de pareja. Sin embargo, carecen de sentido cuando las palabras son diferentes a los hechos.
“Te amo, pero cuidémonos”
Esto es separar la sexualidad del amor. Cuando ponemos el placer por encima de la decisión de amar, usamos a la otra persona: la aceptamos, pero hasta un límite. Con esto se busca la felicidad propia, mas no la del otro. La pareja debe aprender a respetarse y honrarse mutuamente como personas, nunca usarse como cosas.
“¿Pero acaso no te estas cuidando? Usa el método con el que te sientas más cómoda”
Lo escribí personalizado pensando en la mujer, porque es quien normalmente lleva la carga de consumir, implantarse o inyectarse anticonceptivos. Por lo general, la única conversación al respecto es la decisión sobre tener o no hijos: a partir de allí, normalmente es la mujer quien carga con la responsabilidad de “cuidarse” —el entrecomillado es exprofeso: los hijos no son algo de lo que haya que cuidarse—, y suele hacerlo con anticonceptivos.
La responsabilidad de la planificación familiar es de ambos, pero no solo como una decisión a corto o mediano plazo. Por el contrario, se debe entender a la fertilidad como un signo de salud integral.
“Que bien te ves, pero…, ¿podrías arreglarte más?”
Desafortunadamente, hoy en día el aspecto físico prevalece en los ámbitos de la sexualidad, alejando a los matrimonios de descubrir la real sexualidad humana. Reconozcamos el alma profunda del otro, el sentido integral de su personalidad. Entendamos que el cuerpo físico va cambiando conforme pasa el tiempo, y que este no determina una realidad, ni un rol social.
“Prefiero que no me abraces o beses en público”
Al demostrar una caricia afectiva únicamente cuando se desea la intimidad, se crea un efecto de distorsión de la unión matrimonial. No me refiero a los besos o abrazos apasionados, pero sí a caricias que afirmen el amor hacia la pareja.
La conexión entre esposos es hermosa cuando se da de manera permanente, para así, darse de manera natural el momento de entrega total de la intimidad. Además, aquí logramos establecer la prudencia en un sentido maravilloso: nos lleva a entender que la sexualidad está más allá que la genitalidad.
Aprender sobre amor y sexualidad en películas
Una comprensión errónea de la sexualidad y el amor idealiza escenas vistas en las pantallas que nos rodean, generando momentos que no son congruentes con nuestros sentimientos, con lo que queremos. Es entonces cuando la falta de comunicación se hace evidente, y destruye las relaciones.
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Las parejas deben mejorar las habilidades de comunicación en la planificación sexual y familiar, formándose realmente en temas de sexualidad, alejados del consumismo, del libertinaje y de frases vacías, que no reflejen la realidad.