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Celos positivos vs. celos negativos: cómo identificarlos y construir relaciones sanas

Si hablamos de celos, es probable que lo primero que venga a tu mente sea una emoción incómoda. Muchas veces, indeseada, que viene acompañada de inseguridad y desconfianza.

¿Si te dijera que no todos los celos son perjudiciales? Desde una perspectiva más amplia, los celos pueden dividirse en dos categorías principales: positivos y negativos. La diferencia entre ambos no solo reside en cómo se manifiestan, sino también, en cómo afectan la calidad de nuestras relaciones de pareja. ¡Veamos!

¿Qué son los celos positivos?

Hablar de «celos positivos» puede parecer contradictorio, pero este celo no limita ni controla, sino que cuida. Derivado del latín zelus que, a su vez, viene del griego antiguo, proveniente de una raíz indoeuropea que remite a una idea de búsqueda ferviente.

En una relación, surge de un amor auténtico que busca cuidar con todas las fuerzas a la pareja de amenazas externas, siempre desde el respeto mutuo. Los celos positivos pueden reflejarse de formas distintas, como estar atentos ante:

  • un compañero de trabajo que se comporta de forma demasiado coqueta,
  • comentarios o situaciones ambiguas que son capaces de malinterpretarse,
  • entornos o personas donde uno siente que la relación podría ser subestimada o irrespetada.

Aquí debemos recordar que amar significa cuidar. Dios es descrito en la Biblia como un dios celoso, lo cual se entiende dentro de su compromiso inquebrantable hacia su pueblo y su deseo de una relación fiel y exclusiva con Él.

A imagen de esta relación entre Dios y su Iglesia, el celo positivo en pareja no busca restringir, sino proteger. Nunca, como una posesión, sino con un profundo aprecio por el otro como un tesoro precioso.

Los celos negativos: el lado oscuro de la inseguridad

Por otro lado, los celos negativos se manifiestan de manera opuesta. Están impulsados más por inseguridades internas que por una verdadera preocupación por el otro. Surgen de experiencias pasadas, de heridas emocionales no resueltas o de una baja autoestima que se proyecta hacia la pareja.

Los celos negativos suelen llevar a acciones como:

  • revisar constantemente el teléfono o las redes sociales de la pareja,
  • generar conflictos que no se basan en ningún hecho real,
  • interrogar con frecuencia los movimientos o las interacciones de la pareja.

Este tipo de celos refleja desconfianza hacia la otra persona, uno mismo o la relación.

Los celos negativos indican necesidades emocionales insatisfechas, no solo por la pareja, sino también, internamente. Es clave reflexionar sobre la diferencia entre cuidar y controlar. El celo negativo nace del miedo irracional a perder algo, por percibirlo como frágil o insuficiente o por no sentirse merecedor de él.

¿Cómo cultivar celos positivos en tu relación?

Para transformar los celos en una herramienta de cuidado y no en un arma de destrucción emocional, es importante trabajar primero en uno mismo y, luego, en pareja:

1. Construye una base sólida de confianza: la confianza mutua no es automática; es el resultado de acciones consistentes que demuestran compromiso, respeto y sinceridad. Si la confianza es frágil, los celos negativos tienen un terreno fértil para crecer.

2. Trabaja en tus propias inseguridades: es fundamental reconocer que nuestras emociones no siempre tienen que ver con las acciones de la otra persona. Haz un trabajo personal para entender de dónde surgen tus miedos y cómo puedes manejarlos de manera saludable.

3. Comunicación abierta: hablen de forma abierta de sus emociones, tanto de los momentos en los que sienten celos como de los temas que les generan vulnerabilidad. Privilegiar el diálogo sincero refuerza el vínculo y ayuda a entender las perspectivas de cada uno.

4. Establece límites sanos como pareja: identifiquen juntos qué actitudes o contextos representan una amenaza para su relación y definan cómo pueden enfrentarlos en orden a la unidad, no a la vigilancia.

5. Ve a la pareja como un regalo, no como una obligación: cuando cambias la perspectiva de poseer por la de valorar, el concepto de celo toma un sentido positivo. Reconocer a la pareja como alguien libre con quien compartes la vida permite que el cuidado sea mutuo, en vez de una obligación unilateral.

***

En las relaciones de pareja, los celos no tienen por qué ser un obstáculo insalvable. Diferenciar entre los celos que cuidan y los que destruyen es clave para construir vínculos más sanos y maduros.

El amor auténtico no busca poseer ni utilizar, sino proteger, alimentar y cultivar. Es un espejo de nosotros mismos y, a la vez, un camino de crecimiento personal.

Tómate un momento para reflexionar, ¿cómo ha sido tu experiencia con los celos? Y, más importante aún, ¿de qué manera transformarlos en una herramienta de cuidado y conexión en tu relación? Así, la próxima vez que los sientas llegar, en lugar de dejarlos invadirte, puedas usarlos como una oportunidad para crecer y fortalecer tu amor.

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