Soy colombiana, y para el colombiano es casi imposible pensar septiembre sin evocar el famoso juego de “amigo secreto” o las “endulzadas”, es un mes en el que se celebra el amor romántico, pero en el que también se forja el valor de las amistades. A mí me gusta decir que septiembre es el mes durante el cual se celebra el amor en la amistad.
El caso es que todos estos días he venido repensando lo que significa ser y tener amigos; muchas veces se nos olvida ese regalazo que Dios nos da, porque anhelamos experimentar otro tipo de relación, y omitimos disfrutar de la relación más genuina que existe: la de los amigos. Muchas veces me escriben preguntándome cómo es posible tener más amigos, y siempre se me viene a la mente la misma respuesta: para tener buenos amigos, hay que ser un buen amigo. Aquí te van mis consejos.
Sé muy auténtico
Ser genuino es la base más sólida para cualquier relación. Cuando te presentas tal y como eres ante las personas que te rodean, ellos notarán no solo tus luces, sino también tus sombras. Esto puede asustarte, pero las relaciones más sanas son justamente aquellas en las que tú puedes presentar tu mejor y tu peor versión.
Un buen amigo te ayudará a procurar siempre lo óptimo, y no se atemorizará si le presentas aquellas facetas tuyas en las que eres débil. ¿Qué deberás hacer a cambio? Amar a tus amigos de la misma manera, respetando profundamente sus decisiones, y ayudándoles con caridad a ser cada día más asertivos.
Sé proactivo
Cuando me escriben diciendo “mis amigos no me invitan a salir”, lo que se me ocurre de inmediato es “arma tú los planes”. En la vida ser proactivo: esto no sólo trae ventajas competitivas en el ambiente laboral, sino que, en general, ser proactivo en las amistades te ayudará a sostener vínculos en el tiempo.
Disfrutar un plan con un amigo es de lo mejorcito que tiene la vida, pero también es importante entender que tiempo de calidad a veces puede ser una videollamada o un lindo mensaje de texto, o un regalo sorpresa que envíes. El caso es que aquello que anhelamos es aquello por lo que debemos trabajar, y las amistades se deben cultivar. Con el tiempo, verás frutos abundantes.
Sé prudente
Creo que este último consejo es quizás el que a mí personalmente más me cuesta, porque por mi personalidad extrovertida suelo hacerle fiesta a cada detalle y situación particular de mi vida. Pero la experiencia me ha enseñado que no todas las personas son así, y que algunos prefieren ser más reservados con sus cosas. En la amistad, aprender a escuchar, hacer silencio, callar y elegir lo que le da gusto al otro es fundamental para hacerle sentir bien y amado.
Al ser prudente, no sólo demuestras que una persona te importa, sino que también evidencias amor, al custodiar el corazón de tus amigos. Que cada cosa que te confíen, sea negativa o positiva, sea un verdadero tesoro para ti.
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Finalmente quiero cerrar con algo que me para mí ha sido ganador a la hora de darle valor a mis amistades: las rutinas. Puede sonar muy raro, pero tener espacios pactados con tus amigos, tener formas concretas de reservar espacios para ellos puede hacer que tu amistad crezca. Por ejemplo, tener una tarde a la semana reservada para ir a visitar cafés en la ciudad, cuidar que cada jueves puedas orar en el Santísimo con amigos, o cocinar una vez al mes una receta juntos…
Siempre le sacamos tiempo a lo que nos importa: que no se te acabe este año sin sacarle tiempo de calidad a esos regalos del cielo llamados “amigos”.
Si quieres conocerme un poco más, me encuentras en Instagram: @mydailydate