El abuso sexual en la infancia se ha vuelto cada vez más común, así como también las conductas sexuales de riesgo cuando estos niños llegan a la adolescencia. ¿Por qué?
Quiénes están más expuestos
Si bien no aplica a todos los casos, la gran mayoría de estos niños coinciden en que han sido abandonados por sus padres. Se trata de niños cuyo padre nunca respondió por ellos o se encuentra lejos; cuya madre debe trabajar todo el día; niños dados en adopción o cuyos padres están presentes solo de cuerpo, pero que no brindan ninguna atención ni afecto.
Este es el perfil preferido por los abusadores ya que, al haber sido abandonados, estos niños son inseguros y es muy poco probable que denuncien. Y si lo hacen, probablemente no se les prestará atención, y los sentimientos de culpabilidad, vergüenza y humillación aparecerán en el niño. Además, serán estos niños quienes generen la menor resistencia. Tampoco es raro que el abusador argumente que su víctima aprobaba esa conducta y que ésta le quería.
Daño y consecuencias del daño
El sentimiento de culpabilidad se incrementa cuando el niño piensa que no hizo nada para evitarlo, o cuando experimenta algún tipo de placer durante el abuso aún contra su voluntad. En otras palabras, el niño abusado se debatirá entre el sentimiento de que algo no está bien y el sentimiento de estar recibiendo algún tipo de atención y «afecto».
Como respuesta a la baja estimulación, a la poca atención y al abuso sexual sufrido, estos niños se verán forzados a crecer y a tener un desarrollo físico más rápido para poder sobrevivir. Por este motivo, surgirán conductas como la masturbación o la imitación del comportamiento sexual adulto. Y en adolescentes, la intimidación, violación, sadismo, orgías, etc.
Asimismo, podrán aparecer tendencias a imitar los comportamientos sexuales de los padres, incluso si son riesgosos o extraños. Además, en la adultez, serán incapaces o tendrán dificultades para asociar sexualidad con afecto. Con alguna frecuencia, estos niños serán los futuros abusadores, pues cualquier tensión emocional que experimenten tratará de ser aliviada reviviendo el drama de la infancia.
Otras posibles consecuencias
Otras posibles consecuencias pueden ser: que el niño evite cualquier tipo de contacto físico, que sabotee sus relaciones sociales y afectivas, que se vuelva indiferente hacia los demás, que adquiera aversión hacia la sexualidad. También puede volverse promiscuo, o puede adquirir tendencias homosexuales. Sobre esto último, las mujeres pueden querer evitar relaciones con hombres, pues les recuerdan al abusador. Y los hombres pueden querere buscar en otros hombres el afecto, o buscarán repetir el placer que pudieron haber experimentado en el abuso.
Ahora bien, no todas las conductas de riesgo que desarrolla alguien que ha sido abusado son de tipo sexual. También pueden aparecer comportamientos de autoestimulación como arrancarse el cabello, cortarse o morderse. Estos comportamientos aparecen y se mantienen como una estrategia para aliviar el dolor emocional.
Agravantes de un abuso sexual
A continuación, me gustaría hacer una pequeña lista de algunas circunstancias que agravan el abuso sexual recibido.
1. Falta de apoyo.- El niño abandonado y abusado podría NO recibir apoyo de otras personas que deberían ayudarlo. Por ejemplo, muchos líderes religiosos y profesores han optado por mantener una total lejanía física y afectiva de los niños por miedo a ser acusados de algún tipo de comportamiento inapropiado, ya que suelen ser blanco fácil de calumnias y denuncias falsas. Conocí a un muy buen sacerdote que me contaba que, por miedo a ser acusado de algo así, jamás confesaba a un niño si no era en público (siempre fuera del confesionario y con gente que pudiera mirar), y tampoco se permitía a sí mismo siquiera darle una palmadita en la espalda, a pesar de ser un gesto totalmente normal. Aunque es comprensible esta postura, estos niños no solo recibirán el abandono de sus padres, sino de profesores y líderes religiosos que podrían ser de mucho apoyo.
2. El tipo de abuso.- Otro agravante es el grado de abuso al que llega el victimario. Por ejemplo, si utiliza solo palabras, si se trata de roce con los genitales, o si llega a la penetración.
3. La edad de la víctima.- Entre menos edad tenga el niño en el momento del abuso, y entre mayor sea el número de episodios de abuso que sufra el niño, mayores serán las consecuencias y la probabilidad de trastornos en la adultez.
4. El nivel de cercanía y de intimidad con el abusador.- Muchas veces se trata de sus propios padres, padrastros o tíos, incluso con complicidad de otros miembros de la familia. Esto aumentará la desconfianza entre el niño y los familiares que tienen buena relación con el abusador.
5. Culparse a sí mismo.- Para evitar el sentimiento de culpa, el niño puede asumir los valores del abusador y llegar a decir que él (el niño) fue quien inició y disfrutó del abuso.
6. Relación de poder.- Entre mayor sea la diferencia de edad entre la víctima y el victimario, más grave será la herida, dada la diferencia de poder.
Algunas estrategias frente a un niño víctima de abuso
Finalmente, me gustaría mencionar algunas estrategias para prevenir los abusos, así como para afrontarlos cuando ya se han producido.
1. Trabajar en la prevención.- Brindar acompañamiento y supervisión al niño para evitar que sea abusado. El niño debe recibir un sano afecto en todas las dimensiones: debe recibir cuidado en sus necesidades materiales, necesita la presencia de ambos padres, requiere de expresiones de afecto físico y verbal (caricias, besos sanos, palabras afectuosas).
2. Evitar encontrarse a solas con él.- Cuando ya se ha presentado una situación de abuso, es ideal nunca quedarse totalmente solo con el niño abusado. Debe haber 2 o más adultos con él, o grabar las reuniones, con el fin de evitar posibles acusaciones falsas por parte del niño.
3. Controlar el contacto del niño abusado.- Se debe controlar el contacto que el niño tiene con otros niños para evitar que intente replicar el abuso.
4. Ayudar a sanar.- Ayudar al niño (o ya adulto) a reconocer y sanar sus heridas emocionales, a perdonar y reestructurar su visión de los eventos traumáticos. Brindarle la oportunidad de hablar abiertamente del tema sin ser juzgado o culpado.
5. Contacto gradual.- Introducir contactos físicos normales gradualmente y ayudarle a reconocer que la conciencia de su cuerpo no es una amenaza.
Un caso particular: la pornografía
La exposición a pornografía también es abuso sexual. Con frecuencia, los niños quedan en manos del televisor ante el abandono de sus padres. Por este motivo, muchos serán expuestos a pornografía antes de los 7 años, es decir, antes de que el lóbulo frontal de su cerebro pueda procesar racionalmente información de tipo sexual.
Por esta razón, aunque el niño no sufra abuso físico, si fue expuesto a pornografía, tendrá dificultades y comportamientos sexuales inapropiados desde muy corta edad. Debido a esto, puede llegar a desarrollar síntomas parecidos a los mencionados a lo largo de este escrito.
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