Es frecuente que se enamoren personas con diferencia de edad. Entonces, surge la pregunta: ¿realmente comporta un problema para el amor que uno sea bastante mayor que el otro? ¿Es posible formar una relación duradera y estable? Se dice que el amor no tiene edad, que el amor puede con todo…, pero al mismo tiempo se observa que muchas relaciones con diferencia de edad no funcionan.
La edad, por sí misma, no tiene por qué suponer una barrera para mantener una relación, pues no es el único factor que determina el éxito. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los intereses que se comparten en edades semejantes constituyen una base sólida para formalizar una relación, y que una diferencia de edad más acusada puede añadir factores de riesgo en la pareja.
¿Cuál sería la diferencia de edad más adecuada para que una relación funcione?
Esto no es fácil de determinar. Hay relaciones con una diferencia de 20 años que funcionan estupendamente, y otras de la misma edad que son una calamidad. Además, hay que tener en cuenta el momento vital: no es lo mismo una diferencia de 5 años cuando uno tiene 15 y otro 20, que cuando uno tiene 45 y otro 50. Del mismo modo, puede ocurrir que haya personas que, aun teniendo la misma edad, sufran un desnivel grande en madurez, que produce los mismos efectos que una diferencia de años.
El que la relación sea viable o no va a depender en última instancia de las características personales de cada uno —personalidad, carácter—, de los valores y afinidades que compartan, de la educación, de una forma en común de ver la vida, de compartir objetivos de futuro, de quererse. Las dificultades desaparecen cuando se sabe resolver los conflictos que van surgiendo: lo importante es saber si hay amor de verdad.
Posibles restricciones
En la actualidad, aunque la aceptación social es cada vez mayor con respecto a la diferencia de edad en las relaciones, todavía existen restricciones al respecto:
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Se empieza a considerar como un problema cuando la diferencia de edad supera los 10 años. Hasta los 10 años de diferencia está aceptado. Si la diferencia supera los 20 años, hay un salto generacional que socialmente se percibe como negativo.
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En general, la diferencia de edad no es socialmente tan mal vista cuando el hombre es mayor que la mujer. Para quienes comparten ese juicio, la juventud de la mujer es visto como algo favorable.
Al principio de la relación, la idealización del enamoramiento impide ver las dificultades. Pero, con el paso del tiempo, las complicaciones van a ir apareciendo.
Inconvenientes de las relaciones con diferencia de edad
Hay una serie de inconvenientes que se pueden presentar en este tipo de relaciones y que pueden afectar en mayor o menor grado:
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Forma de vida. Las rutinas y aficiones de cada uno de los miembros de la pareja pueden ser muy distintas (tanto más cuanto mayor sea la diferencia de edad). Esto resulta muy evidente cuando uno es estudiante y el otro trabajador. En cualquiera de los casos, importa aprender a respetar el espacio de cada uno para que pueda lograr su felicidad. Interesarte por las cosas del otro e intentar compartir lo más posible aumenta la probabilidad de éxito.
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Las relaciones sociales y objetivos vitales. Cuando existe diferencia de edad, cada uno puede tener un contexto social diferente, un tipo de personas con quienes siente mayor afinidad, planes, entornos y aficiones que pueden ser muy variadas. Resulta más difícil la integración con el entorno de tu pareja porque se han vivido épocas distintas, lo que lleva a diferentes preferencias en temas de conversación, actividades de ocio, ambientes…
Es importante repartir el tiempo que se pasa en cada entorno y encontrar un equilibrio. La sensación de estar renunciando a demasiadas cosas, el no poder seguir al otro o el sentir que llevas gran parte del peso de la relación pueden ser motivo de desgaste.
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Prejuicios sociales. Los prejuicios y convenciones sociales con respecto a la diferencia de edad siguen latentes. Una diferencia grande de edad lleva a que se cuestionen los verdaderos motivos de inicio de la relación: «Es demasiado viejo para ti»; «seguro que busca tu dinero»; «se cansará y buscará otro/a más joven”. El trabajo de ambos miembros por superar y dejar de lado esta presión social es fundamental para que la pareja pueda consolidarse.
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La oposición del entorno. En ocasiones, la familia o los amigos no apoyan la relación. Generalmente esta oposición desaparece cuando la familia comprueba que la relación funciona y que son felices. Cuando la oposición permanece, la imposibilidad de integrar la pareja en la familia puede acabar con la relación.
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La madurez. El grado de la madurez puede venir muy marcado por la diferencia de edad, aunque como hemos dicho, personas con diferente edad pueden tener similar nivel de madurez. La diferencia en madurez puede hacer que los problemas que se generen en la relación sean diferentes porque cada uno va a tener distinta concepción de lo que es un problema, y la forma de afrontarlos va a variar también.
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El rendimiento sexual. La capacidad física, el rendimiento y las necesidades sexuales cambian con la edad. Es importante hablarlo y enfrentar este hecho correctamente pues, de no hacerlo, puede llevar a desengaños, frustraciones y sentimientos de celos posteriores. Con una complementación adecuada, se puede disfrutar de una vida sexual satisfactoria.
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Salud y enfermedades. Cuando en la pareja la diferencia de edad es considerable, el más joven debe de tener en cuenta que es muy probable que tenga que atender a su pareja en las dificultades que surjan por motivo de su edad.
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Para que una relación con diferencia de edad funcione es importante analizar y respetar el momento vital del otro, atendiendo a sus necesidades e intentando, con amor, desarrollar un proyecto de vida en común.
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