Comencemos por aclarar que el apego a otras personas no es malo en sí mismo; por el contrario, es natural, dado que somos seres sociales y necesitamos los unos de los otros. Sin embargo, debido a nuestras experiencias tempranas y a heridas emocionales, podemos terminar construyendo un estilo inseguro de apego. Pues bien, el apego evitativo es uno de estos estilos inseguros.
El apego evitativo en la pareja se refiere a la tendencia de alguno de los dos miembros a evitar la intimidad emocional. Comúnmente, esta persona tiene dificultad para expresar sus necesidades y sentimientos, para mostrarse vulnerable y para confiar en el otro. Puede sentirse incómodo con la cercanía emocional y con la idea de depender emocionalmente de alguien más, lo que puede llevar a una desconexión emocional en las relaciones de pareja.
Las consecuencias que esto puede generar son:
1. Falta de comunicación
Las personas evitativas pueden sentir miedo a ser rechazadas o consideradas débiles si muestran sus sentimientos, lo que puede llevar a una comunicación deficiente en la relación. Si esto sucede, para su pareja puede ser más difícil satisfacer sus necesidades y proporcionar apoyo. Además, estas personas también tienden a evitar el diálogo y a evitar escuchar las necesidades de su pareja, y esto imposibilita la resolución de conflictos.
También es común que eviten hablar de sí mismas —sobre todo si la conversación se está tornando muy personal—, y cambien el foco de la conversación a otro tema o a otra persona, o que se retiren del lugar.
2. Distancia emocional y física
El temor a la intimidad puede llevar a la distancia afectiva en la relación. La persona con apego evitativo puede parecer distante, fría o desinteresada, generando así incomodidad y malentendidos en la pareja. También puede querer hacer todo de forma autónoma y no en pareja, puede evitar pedir ayuda o pasar tiempo excesivo trabajando, viajando o buscando estar fuera del hogar.
Algunos podrían llegar a experimentar dificultad para dar y recibir contacto físico, mientras que otros pueden disociar sexo de amor, es decir, no tienen dificultad en el contacto físico ni en las relaciones sexuales con su cónyuge, pero no se implican emocionalmente.
3. Miedo al compromiso
Las personas con apego evitativo pueden evitar comprometerse plenamente en la relación, manteniendo protegida una parte de sí mismas para evitar el riesgo emocional. Es posible que eviten relaciones a largo plazo, o que solo ofrezcan relaciones sin compromiso: sexo casual, unión libre, etcétera.
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Algunas recomendaciones para trabajar el apego evitativo
1. Autoconocimiento: El cónyuge con apego evitativo puede comenzar por reconocer su propio estilo de apego y cómo ha influido en sus relaciones pasadas. La humildad es clave para poder dar este paso y para reconocer que la pareja no tendría que conformarse con lo poco que se está dispuesto a dar.
2. Comunicación abierta: La pareja debe fomentar la comunicación abierta y honesta, por incómodo que sea abrir el corazón y expresarse. Este espacio debe estar libre de juicios o críticas, ya que si cuando un miembro de la pareja se abre, el otro castiga su honestidad molestándose o recriminándole, este volverá a cerrar su corazón y a dejar de comunicarse, encerrándose más en sí mismo al no sentirse en un ambiente seguro.
3. Buscar ayuda profesional: La terapia de pareja o terapia individual es una herramienta valiosa para explorar los patrones de apego de ambos miembros de la pareja, para trabajar en la comunicación y en la sanación de las heridas emocionales de cada uno, así como en el miedo al compromiso, al rechazo, al abandono y a la vulnerabilidad.
4. Momentos de soledad: La persona con apego evitativo puede darse espacios de soledad, siempre y cuando estos no sean excesivos.
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