¿Has conocido a alguien que parezca perfecto para ti desde el primer momento? ¿Se conocen y ya no se quieren despegar? ¿Todo lo bonito y hermoso que ves en las películas te pasa con esa persona? ¿Todos sus mimos, detalles, y formas de demostrarte el amor te hacen sentir sumamente seguro? ¡HUYE DE AHÍ!
Existe una forma de manipulación que se esconde detrás de las muestras excesivas de afecto, y se trata del “love bombing” o “bombardeo de amor”. Quizás ya hayas escuchado el término, o quizás sea la primera vez; sin embargo, es probable que hayas experimentado este tipo de conquista.
Los halagos, los regalos y la atención no son un comportamiento negativo. Por el contrario, cuando se dan de manera genuina a lo largo de un noviazgo o relación estable, son súper ganadores; pero cuando suceden “muy pronto” o en una etapa muy temprana de la relación, es probable que sucedan porque la persona busca camuflar inconscientemente comportamientos tóxicos o las famosas “red flags”. Así que, ¿cómo reconocerlo y salir corriendo?
¡Te sientes incómodo!
Recibir regalos y palabras bonitas es genial, a todos nos gusta; pero cuando los regalos son muy costosos o muy frecuentes y sin justificación, es probable que comiences a sentir incomodidad, e incluso la necesidad de correspondencia. Finalmente, el objetivo de quien se comporta así es generar una relación de dependencia y recompensa emocional. Es importante entender que, en una etapa temprana de una relación, lo más importante no son las muestras de afecto, sino las conversaciones largas y profundas para conocer bien al otro.
Las muestras de afecto son finitas
Luego de la luna de miel, llega la realidad: el cariño comienza a volverse control, furia, desaprobación, castigo, presión y amenazas. La persona deja de dar las muestras de amor de antes, para justificar el enojo por cada comportamiento distinto al que espera que tú tengas. Por ejemplo, que salgas con más amigos, que no respondas un mensaje o que te vistas de cierta manera.
Pero, ¿cómo salgo corriendo de una relación así?
Lo primero es aceptar con paz que, si sientes que algo no está funcionando bien, es porque la intuición y las mociones del Espíritu Santo son reales; escúchate y comienza a orar. Lo segundo es que tengas la valentía de poner límites y explicarle a la otra persona que te estás sintiendo incómodo o que hay reacciones que no te parecen sanas y; por último, procura tomar distancia desde el momento en que comienzas a sentir esta incomodidad.
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Para cerrar te invito a que busques más sobre el tema y a que disfrutes la posibilidad de conocer a alguien con dosis pequeñas de cariño. Si la persona es la indicada, tendrán tiempo suficiente para compartir el resto de la vida ese amor que anhelan dar y recibir.
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